¿Han escuchado o leído la frase: “nadie es profeta en su propia tierra”? La dijo Jesús, según lo atribuye el evangelio de San Lucas. Hoy, casi 2 mil años después, estas sabias palabras no pierden validez, y el éxito de Karol G es muestra de ello.
Por supuesto, la información sobre la cantidad de boletas que vendió para sus conciertos en Colombia no solamente es clara, sino también contundente: 82 mil en Medellín y 86 mil en Bogotá. Sin embargo, con este artículo queremos ir un poco más allá, para mostrar cómo el colombiano tiende a ser el enemigo de su compatriota cuando este muestra su verdadero talento más allá de las luces y el autotune.
Sigue a Cromos en WhatsApp“Karol G trasciende las generaciones”: Andrea Bocelli
El pasado 30 de agosto, ‘La Bichota’ tuvo la oportunidad de cumplir un sueño más en su exitosa carrera musical: cantar con Andrea Bocelli. El tenor europeo está cumpliendo 30 años de carrera, y para celebrarlo decidió invitar a varios de los artistas más importantes de los últimos años para grabar algunos de sus mayores éxitos, incluyendo, como era de esperarse, ‘Vivo por ella’.
La canción, estrenada en 1995, fue interpretada por Bocelli en colaboración con Karol G, a quien el mismo cantante la tildó como “una artista que trasciende las generaciones”.
Aunque en su primer fin de semana la colaboración de Bocelli y Karol alcanzó las más de 6,6 millones de reproducciones en YouTube, lo cierto es que los elogios del mundo para la colombiana contrastaron en demasía con los comentarios negativos que sus propios compatriotas hicieron de su interpretación.
¿Cada colombiano es un país enemigo frente al éxito de Karol G?
Mientras que artistas de talla internacional como Ricardo Montaner y la mismísima Marta Sánchez, intérprete de la versión original de ‘Vivo por ella’, se deshicieron en felicitaciones y admiración hacia ‘La Bichota’, muchísimos colombianos en redes sociales se fueron lanza en ristre contra la cantante por, supuestamente, “cantar mal”.
“Increíble que una reguetonera tenga tanta atención”; “No es por nada pero el autotune le quedó precioso a la vieja esa” y “Andrea tuvo que estar muy desesperado para invitar a una ‘cantante’ que no canta para interpretar una de sus canciones más lindas”, son solo algunos de los mensajes peyorativos que abundaron durante los últimos dos días de agosto en las plataformas digitales, y que venían precisamente del público colombiano.
¿Por qué es tan difícil aceptar que un colombiano tiene talento? ¿Por qué castrar de primera mano a una compatriota solo por cantar un género ajeno a los gustos de cada uno?
Muchas de esas personas ignoran que Carolina Giraldo Navarro sí estudió música en Antioquia, y que, como muchos colombianos, tuvo que luchar por sus sueños con las uñas. Hacerse un nombre en la industria musical no es sencillo, y Carolina, antes de ser Karol G, supo lo que era dudar de sus propias capacidades y de abandonar por mucho tiempo su anhelo, solo por la falta de oportunidades que tanto daño le han hecho a los artistas colombianos.
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Entonces, ¿por qué esa necesidad de socavar al compatriota en lugar de exaltarlo? No dejemos que, como escribió Gabriel García Márquez en ‘El General en su laberinto’, “todo lo que hemos hecho con las manos lo desbaraten otros con los pies”. Aunque suene irrespetuoso con nuestro Nobel de Literatura, es momento de contradecir el hecho de que “cada colombiano es un país enemigo”.