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El baklava es un postre de frutos secos que aporta un delicioso sabor al paladar. Normalmente se prepara en Oriente Medio, con un notorio sabor el cual es aromatizado con especias que se le añaden.
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Este postre será el favorito de la familia. Todo lo relacionado con él es delicioso pues está compuesto de hojaldre y miel, siendo los reyes del sabor de este tipo de preparaciones.
Aprende a preparar este dulce, pues además de que es muy fácil de elaborar, requiere paciencia para que el resultado sea el que se quiere.
Gastronomía: Turquía.
Postre
- Tiempo de preparación: 20 minutos.
- Tiempo de cocción: 35 minutos.
- Porciones: 20.
Ingredientes
- 250 gr de pistachos sin cáscara y pelados. Si no los encuentras así, es posible que tengas que comprarlos con cáscara, y después pelarlos en casa. En ese caso, compra unos 300 gr de pistachos con cáscara.
- 250 gr de nueces.
- Zumo de un limón
- 400 gr de masa filo.
- 250 gr de azúcar (100 gr para mezclar junto con los pistachos y las nueces, y 150 gr para el almíbar).
- 250 ml de agua.
- 250 gr de miel.
- 4 cucharadas soperas de aroma de azahar.
- 1 cucharadita de clavo molido.
- 2 cucharaditas de canela molida.
- 200 gr de mantequilla.
Preparación:
Ármate de paciencia si tus pistachos no están perfectamente pelados, y manos a la obra. Quítales la cáscara y también elimina lo que puedas de la piel interna oscura, la idea es que queden lo más verdes posible. Si la piel te cuesta sacarla, puedes cocerlos un par de minutos en agua hirviendo, déjalos enfriar y te resultará más fácil.
Trocea ligeramente los pistachos y las nueces, con ayuda de un cuchillo, para que los trozos queden pequeñitos pero no en polvo. Aun así, como quedará en el fondo un poquito de polvo, resérvalo para la decoración final.
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En un bol, mezcla los pistachos, las nueces, los 100 gr de azúcar, las 2 cucharaditas de canela molida y el clavo molido, y mezcla bien.
Ahora toca montar el baklava. Para ello, utiliza una bandeja de horno de 30×40. La medida viene dada por el tamaño de las láminas de pasta filo, que suelen medir el doble, y partidas por la mitad quedan perfectas en una bandeja así. De todas formas, si tu pasta filo no es de esa medida o cuentas con otro tipo de bandeja, procura que puedas poner capas de pasta filo lo más ajustadas posible, aunque si hay mucho excedente siempre puedes cortar la pasta y reservar esos trocitos para otras preparaciones.
Además, si quieres evitar todo lo posible que se pegue tu baklava, puedes forrar la bandeja con papel de horno.
Pon la mantequilla en un vaso o bol, introdúcela 30 segundos en el microondas o hasta que se derrita, y pinta el fondo de la bandeja de horno. A continuación, pon la primera capa de pasta filo, y vuelve a pintar por encima con mantequilla. Repite la operación con un tercio de la pasta, poniendo nuevas capas de pasta filo y pintándolas con mantequilla.
Espolvorea por encima la mitad de la mezcla de frutos secos, repártela bien por toda la superficie y pon otra capa de pasta filo y pincela con mantequilla, hasta terminar el segundo tercio de pasta. Añade la otra capa de frutos secos, y termina con el resto de la pasta pintada con mantequilla. Si te ha sobrado mantequilla, échala por encima de la última capa.
Si te han quedado bordes con exceso de pasta filo, recórtala y resérvala para otras preparaciones.
Precalienta el horno durante 10 minutos a 180ºC.
Corta el baklava en cuadraditos o las formas que más te gusten antes de introducir en el horno, ya que, si lo haces después, la pasta filo se quebrará con facilidad.
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Introduce en el horno durante 20 minutos, sin dejar que se dore en exceso. Si sigue muy blanca la pasta filo, déjalo en el horno unos minutos más, pero vigila bien que no se pase.
Mientras el baklava está en el horno, preparamos el almíbar. En un caso, añade el agua y los 150 gr de azúcar, y ponlo a fuego medio, removiendo para que se disuelva el azúcar. Añade la miel y deja que hierva y la mezcla se haga ligeramente densa. Retira del fuego y añade el zumo de limón y el aroma de azahar. Deja que se enfríe un poco pero no del todo, porque se endurecería.
Cuando el baklava esté listo, sácalo del horno y riega por encima con el almíbar, que quede bien impregnado.
Deja enfriar y corta los cuadrados de nuevo (se habrán unido ligeramente con el almíbar).