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El pollo asado, frito, sudado o como sea la receta es delicioso. Y si le agregamos el aroma y sabor único del limón, según sale una buena preparación.
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La receta es una que le gusta a grandes y chicos así que para ellos será una grata sorpresa este plato. Además, si le quieres añadir una guarnición, el arroz blanco, la pasta o las verduras salteadas son el mejor acompañamiento.
Cabe mencionar que, si deseas hacerlo con naranja para reemplazar el limón, puedes hacer el mismo proceso. El sabor quedara igual y no sufrirás con ningún alimento.
¿Cómo hacer pollo al limón?
Ingredientes:
2 ud de Pechuga de pollo
3 ud de Limón
200 ml de Caldo de pollo
2 cs de Aceite de oliva
Sal
4 gajos de Limón para acompañar
Pimienta negra
Tomillo para decorar
Preparación:
Lava el limón, ralla la piel de una de las mitades y reserva.
Exprime el resto de los limones y reserva el zumo.
Calienta el aceite en una cazuela y cocina las pechugas de pollo hasta que se doren.
Moja con el caldo, incorpora la ralladura de limón y cocina a fuego bajo y con la cazuela tapada 15 minutos más.
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Para la presentación del plato, puedes repartir el pollo en los platos, acompaña con unos gajos de limón y decora con tomillo.
Para la guarnición de arroz
Ingredientes:
Arroz
2 cucharadas de aceite por cada taza de arroz
1 taza de arroz blanco de grano redondo
2 tazas y media de agua
5 g. de sal
Preparación:
Lavamos la cantidad de arroz que vayamos a utilizar para quitarle almidón. Podemos hacerlo en un bol grande o directamente en un colador, con dos o tres veces es más que suficiente. Si no lo lavamos todo ese almidón que tienen los granos de arroz adheridos, en la cocción (y sin tostar el arroz), habría espesado demasiado y queda muy pegajoso.
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Ponemos la olla al fuego. Añadimos el agua, el arroz, sal y el aceite, todo junto. Cuando comience a hervir dejamos el arroz unos 4 minutos hasta que se evapore el agua.
Cuando veamos que no hay burbujas de agua sobre la superficie del arroz, bajamos el fuego al 3 de temperatura, ni al mínimo ni al medio de temperatura, y tapamos la cazuela. Dejamos así durante 14 minutos. No necesitaría más tiempo porque con el lavado ya se ha reblandecido ligeramente el grano, siempre podemos probarlo para ver si está al dente y si no dejarlo un par de minutos más.
Destapamos y probamos el arroz, debería estar casi listo. Apagamos el fuego y dejamos reposar con la tapa puesta o un trapo de algodón durante 2 minutos. Listo, ya sabes cómo hacer un arroz blanco perfecto.