Luis Alfredo Parody, mi papá, es una persona generosa, disciplinada y honesta, que se emociona cada vez que ve a sus hijos y siente nostalgia cuando recuerda que hemos crecido.
Es un economista que empezó a trabajar desde muy joven, actualmente está relacionado con los temas de buques y los puertos y recuerdo que la primera lección que me dio fue: “Al que madruga Dios lo ayuda”. Es un hombre muy comprometido con su oficio, la disciplina que vi en él no se me olvida. Trabajaba duro entre semana y los domingos los decretaba como días de lectura; todos debíamos leer alguna cosa ese día. Además de estas cualidades ya mencionadas, debo reconocer que es un hombre muy carismático y esto también es muy positivo.
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Foto: David Schwarz.
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