“Para que un estímulo correctivo sirva, debe ser inmediato tras la acción y los suficientemente intenso como para provocar la molestia, sin producir daño o miedo”: Carlos Rodríguez, experto en gatos.
La suciedad
Si hay algo que detesten tanto como el agua es una arena llena de grumos, en la que no puedan caminar porque ya no hay espacio para sus necesidades. Si quieres ser una mamá o papá ejemplar, límpiasela dos veces al día o cada que salgas de casa. Lo apreciarán igual que una caricia en el lugar indicado.
Sigue a Cromos en WhatsAppLos ruidos fuertes
Los felinos son olfativos y auditivos. Pueden detectar pasos lejanos en el pasillo de tu edificio y quedarse frente a la puerta, esperando la evolución del zapateo. Su sensibilidad es, al mismo tiempo, su talón de Aquiles. Un aplauso fuerte, una abrupta corrida de silla y el impacto del celular al caerse puedes arruinarles el rato. Evita el ruido a no ser que quieras corregirlo. Sin embargo, no te excedas. Aprecian el silencio.
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La anarquía
Los gatos, como los humanos, son animales de rutina. Puede decirse que tienen un reloj en el estómago. En el caso de los míos, a las 6:00 a.m. están en guardia, dispuestos a oír el golpeteo del concentrado en la coca. Cuando quieran jugar, sácale tiempo para blandirle un cordón o algo colgante. Respeta la hora de sus ojos, si están achinados déjalos dormir. ¡Ya sacarán el momento para jugar contigo!
Que les cierren las puertas
Puede que tú pagues las facturas, el arriendo y pongas música de Alejandro Sanz y Arjona a la hora de limpiar la casa. Quieres un hogar limpio y ordenado, haces lo posible por cuidar tu espacio que mucho trabajo te ha costado sostenerlo. Tu gato valora tus esfuerzos, pero no olvides que es su casa. Por eso odian que les cierres las puertas. Son andariegos, quieren ir y volver allá donde sus ojos detecten algo que les interese. Una puerta cerrada los castra, los limita, les quita territorio.
Exceso de amor
Descargar en ellos el cosquilleo que te producen sus ojos redondos y sus bigotes es una excelente idea, pero debes saber transmitirlo. Adoran las caricias cuando las localizamos en su cabeza, cuello y espalda, principalmente en la zona que antecede la cola. No les agradan las caricias en las patas y la panza. Tampoco les gusta que los dejemos en posición bocarriba. Al cargarlos siempre quieren sus patas en dirección al suelo.
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Sabor a limón
Los irrita el vinagre y la familia de los ácidos. Los detergentes con aroma de limón pueden afectar su ánimo. Limpia el piso con líquidos con olores suaves.
El agua
La hidrofobia es el miedo al agua. Que a veces jugueteen con ella o se metan al lavaplatos mojado no significa que tu gato es resistente. Bañarlos es indispensable, limpiarlos también (con toallas húmedas). Los veterinarios y veterinarias no se ponen de acuerdo en la frecuencia del baño. Hay unos que recomiendan hacerlo una vez al mes, otros cada seis meses. Incluso hay unos que sugieren mantenerlos alejados del agua. Es decir, nunca hay que bañarlos.