El embarazo es una época muy bella, pero con cambios muy fuertes. Durante estos meses experimentarás la mezcla de alegría por la llegada de tu bebé, con la ansiedad de pensar en el futuro y los demás síntomas que te pueden hacer sentir enferma o cansada.
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Sin embargo, hay algunos ajustes en tu rutina que pueden ayudarte a llevar un embarazo más sano, para sentirte más cómoda y estar preparada para recibir a tu bebé. Con estos sencillos consejos podrás mantenerte saludable y así garantizar un desarrollo prenatal seguro.
10 consejos para tener un embarazo sano
Hay algunos ajustes en tu rutina que pueden ayudarte a llevar un embarazo más sano, para sentirte más cómoda y estar preparada para recibir a tu bebé.
1. Toma tus vitaminas prenatales
La médula neural de tu bebé, que se convierte en el cerebro y la médula espinal, se desarrolla durante el primer mes de embarazo, por lo que es importante que reciba los nutrientes esenciales, como ácido fólico, calcio y hierro, desde el principio.
Por esto, es clave que consultes a tu médico desde el momento en que te enteras de que estás embarazada o desde antes, si lo deseas, para recibir su asesoría si vas a empezar a intentar quedar en embarazo.
2. Haz actividad física
Ser una persona activa es importante para la salud en general y, durante el embarazo, puede ayudarte a reducir el estrés, controlar tu peso, mejorar la circulación, mejorar tu estado de ánimo y dormir mejor.
Puedes tomar una clase de ejercicios para el embarazo o caminar al menos 15 o 20 minutos por día a un ritmo moderado. Asegúrate de consultar a tu médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, para cuidar siempre a tu bebé.
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3. Cambia tus tareas
Incluso las tareas cotidianas, como lavar el baño o limpiar los desechos de las mascotas, pueden ser riesgosas durante el embarazo, por lo que debes hacer un cambio radical en todos tus quehaceres.
Esta es una lista de actividades que deberías quitar de tus tareas pendientes y dejar que alguien más se encargue por ti:
- Nada de levantamiento pesado
- Evita subir escaleras con frecuencia
- No cambies la arena para gatos (para evitar la toxoplasmosis, una enfermedad causada por un parásito que pueden portar los gatos)
- No uses productos químicos agresivos
- Evita estar de pie durante largos períodos de tiempo
- Usa guantes si estás trabajando en el jardín y lávate bien las manos después de tocar carne cruda al cocinar
4. Controla tu aumento de peso
Entre el crecimiento del bebé, el cambio de dieta, los antojos y la disminución de la intensidad en la actividad física, es normal empezar a aumentar de peso rápidamente. Sin embargo, acumular demasiados kilos de más puede hacer que sea más difícil perderlos más adelante, además de aumentar el riesgo de desarrollar diabetes gestacional o tener complicaciones en el parto.
Estas son las recomendaciones generales de las entidades de salud sobre cuánto peso deberías subir de acuerdo con tu contextura al inicio del embarazo (si tenías bajo peso, normal o alto)
- Bajo peso: debes aumentar de 28 a 40 libras
- Peso normal: aumenta de 25 a 35 libras
- Sobrepeso: aumenta de 15 a 25 libras
- Obeso: Solo debes aumentar de 11 a 20 libras
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5. Toma mucha agua
Durante el embarazo, tu sangre suministra oxígeno y nutrientes esenciales a tu bebé a través de la placenta y transporta los desechos y el dióxido de carbono, lo que significa que tu volumen de sangre aumenta hasta en un 50% para manejar toda esta actividad adicional.
Por lo tanto, necesitas beber más agua para respaldar esa ganancia. Además, puede ayudar a prevenir el estreñimiento, las hemorroides, las infecciones urinarias, la fatiga, la hinchazón y otros síntomas incómodos del embarazo. Trata de tomar de 8 a 10 vasos por día.
6. Consume alimentos ricos en ácido fólico
Además de beber suficiente agua, debes comer 5 o 6 comidas bien balanceadas por día, con muchos alimentos ricos en ácido fólico como cereales fortificados, espárragos, lentejas, germen de trigo, naranjas y jugo de naranja.
“El ácido fólico es crucial para el desarrollo adecuado del tubo neural del bebé (cubre la médula espinal) y es vital para la creación de nuevos glóbulos rojos”, dice Frances Largeman-Roth, R.D., autora del libro Feed the Belly.
7. Recarga energía con fruta
La falta de cafeína, si tu cuerpo ya estaba acostumbrado a tomarlo constantemente, podría hacerte sentir más cansada de lo normal, sin embargo, puedes compensar esto recargando energía con fruta.
“Los azúcares naturales en frutas como el plátano y las manzanas pueden ayudar a elevar los niveles de energía”, dice Largeman-Roth.
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8. Usa protector solar
Durante el embarazo tu piel es más sensible a la luz solar, por lo que eres más propensa a las quemaduras solares y a las manchas oscuras en la cara.
Diariamente, aunque no vayas a salir de casa, aplica un protector solar con un FPS de 30 o más y si estás en la calle procura usar un sombrero y lentes, así evitarás las manchas que quedarán a largo plazo en tu rostro.
9. Di sí a los antojos, de vez en cuando
Siempre y cuando sigas una dieta saludable, no es pecado darte gusto con algunos antojitos de vez en cuando. Lo importante es tener cuidado de limitar las porciones e investigar cuáles antojos debes evitar.
Algunos alimentos que se deben evitar incluyen: carne o huevos crudos y poco cocidos; quesos brie, feta y otros tipos sin pasteurizar; infusiones de hierbas, y patés.
10. Aprende cuándo es momento de llamar a tu doctor
Estar embarazada puede ser confuso para muchas mujeres, especialmente si es la primera vez. Es probable que cualquier cambio te pueda resultar preocupante por lo que sientas el impulso de salir corriendo a urgencias.
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Pero, calma, muchos síntomas e incomodidades suelen ser normales por el crecimiento del bebé y tu cuerpo ajustándose a sus necesidades. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, debes llamar a tu ginecólogo si tienes alguno de estos síntomas:
- Dolor de cualquier tipo
- Calambres fuertes
- Contracciones a intérvalos de 20 minutos
- Sangrado vaginal o pérdida de líquido
- Mareos o desmayos
- Dificultad para respirar
- Palpitaciones del corazón
- Náuseas y vómitos constantes
- Dificultad para caminar
- Disminución de la actividad del bebé en el vientre