La crianza es toda una retadora labor en la que debemos actuar de la manera más sabia posible, para dar a nuestros hijos lo mejor que podamos. A través de nuestros esfuerzos, intenciones y límites iremos apoyando el proceso de formación de su carácter, afectando directamente cómo será su futuro.
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Pocas facultades son tan poderosas como la capacidad (y la tendencia natural) de hacer el bien. Hacer de la bondad un estilo de vida es altamente positivo para uno mismo ya que nos hace mejores al definir nuestras prioridades en cada momento, dejando de lado los egoísmos.
¿Cómo criar niños “buenos”?
Como padres, en la mayoría de los casos, siempre perseguiremos el bien de nuestros hijos, educándolos como niños felices, sanos, buenos e inteligentes. Sin embargo, es fácil decirlo, pero levarlo a la práctica es un poco más complejo.
Ser responsables de la crianza de otro ser humano es todo un reto tendrá consecuencias arrolladoras no solo en su vida sino en la de las personas de su entorno.
Pensando en esto, investigadores de prestigiosa Universidad de Harvard nos da algunas claves útiles para guiar a los niños para que un día sean buenas personas.
1. El tiempo es lo más valioso
Uno de los factores más importantes y que son decisivos al criar niños “buenos” es el ser padres presentes, de la mano con dos condiciones: ser receptivos y cercanos con nuestros hijos.
No es suficiente con acompañarlos a un parque, pero quedarnos mirando el celular mientras ellos juegan y se cansan. Tampoco aporta estar en casa y encenderles el televisor o tablet para que se distraigan mientras nosotros estamos en nuestras cosas.
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Ser realmente padres presentes requiere acciones pensadas con buenas intenciones, interacción constante y estimulación positiva. Debes aprender a mantener conversaciones con ellos, jugar, acompañar, guiar y tomarse el tiempo para conocerlos.
Sabemos que, como dice el dicho, el tiempo es oro y no siempre podemos compartir todo el tiempo que quisiéramos con ellos por el trabajo, pero las horas que tengamos disponibles, poder sacarles todo el provecho, creando grandes recuerdos juntos.
2. Charlas enriquecedoras
Estudios de la Universidad de Harvard en colaboración con el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han revelado algo muy importante: la exposición temprana al lenguaje es un estímulo significativo en el desarrollo cognitivo y emocional del niño.
En tus manos está aportar a las habilidades cognitivas y también en la gestión de sus emociones a través del sencillo acto de sentarse a hablar con ellos.
Si queremos educar niños “buenos” seamos su referente de comunicación sana, transparente y sincera. Procuremos tener todos los días conversaciones divertidas, estimulantes, interesantes y cargadas de valores. En estos espacios podemos promover la empatía, la escucha activa y el aprendizaje de áreas complejas como el manejo de la frustración.
3. El valor de la gratitud
Una enseñanza basada en la gratitud no solo se refiere a que aprendan a decir “gracias” continuamente, sino que debes educarlos en la generosidad y la amabilidad, en apreciar las cosas sencillas del día a día, el altruismo y el respeto.
Además, es esencial que los niños aprendan la gratitud viéndonos a nosotros. En muchas cosas somos su modelo para seguir, por lo que seremos su primer espejo sobre cómo vivir en agradecimiento.
Un ejemplo clave para enseñárselos es siendo agradecidos con ellos; si somos capaces de dar las gracias a nuestros niños por cada cosa que hacen, por ser como son y por lo que van logrando, sentirán de primera mano el impacto del agradecimiento.
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4. Capacidad de resolver problemas
Otra clave de la Universidad de Harvard sobre cómo educar niños “buenos” está en esta reforzar la capacidad de resolución de problemas. Hay pocas cosas tan constructivas y enriquecedoras como apoyar a nuestros hijos para impulsar habilidades básicas para solucionar los desafíos de su día a día.
Esta facultad les ofrecerá autonomía y responsabilidad, además de que podrán ser herramientas para ayudar a otros en sus problemas, creando una cadena de soluciones.
5. Más allá de la tecnología
Nuestros hijos son nativos digitales casi desde el momento en que llegan al mundo, estando rodeados de pantallas y aparatos desde muy pequeños.
La tecnología está presente casi siempre en el ocio, la interacción social y el descubrimiento de su entorno. Hasta este punto, podemos coincidir en que tiene grandes beneficios, pero también traen sus riesgos.
Para criar niños “buenos”, nuestros hijos deben entender que el mundo existe más allá de un teléfono. Enseñarles que hay un universo de posibilidades por explorar fuera del escenario digital.
Practicar un deporte, incentivarlos a tener una afición, ampliar su mente a nuevos intereses los hará más sensibles y abiertos al mundo que los envuelve.