Infección vaginal en el embarazo.
Sin duda alguna, los controles médicos, exámenes de laboratorio, pruebas, ecografías y cuidados especiales que te recomiendan y programan los especialistas para que puedas llevar a feliz término tu embarazo son indispensables.
Pero otros temas sobre los que no se insiste tanto, que pueden pasar un poco desapercibidos para ti y que a priori no son considerados de vital relevancia para que tanto tú como tu futuro hijo permanezcan con buena salud durante este periodo, también son muy importantes.
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Es el caso de la higiene personal, que debe estimularse en todo momento de la vida, pero que también es primordial en la gestación con el fin de evitar afecciones y enfermedades que causen molestias o pongan en riesgo tu bienestar y el del bebé que viene en camino.
“La higiene personal hace parte de estar sanos, y la condición de gestante demanda que este punto sea de especial cuidado, dado que evita que la materna esté propensa a adquirir infecciones.
Hoy más que nunca el autocuidado y la higiene constituyen la primera línea de defensa contra virus, parásitos y patógenos externos”, comenta el ginecólogo/obstetra Hernán Aramendiz Ghisays.
Por tal razón, y para que no descuides ningún aspecto de tu higiene, te brindamos algunas sugerencias que te serán de gran ayuda:
Báñate diariamente. Todo tu cuerpo y con agua templada y jabón, no solo para lograr un óptimo aseo general al eliminar las impurezas, también para que haya mejor circulación de la sangre. En medio de tantos afanes, compromisos y estrés, es una opción para relajarte si lo haces con calma, incluso en las noches.
Límpiate bien las manos. Con agua y jabón, pero no solo en la actualidad por ser época de pandemia. Nunca está demás, pero procura hacerlo antes y después de cada comida, al manipular alimentos y cocinar, después de ir al baño, al llegar a casa, si las notas sucias y cuando lo estimes conveniente.
Cuida tu salud oral. Es primordial porque durante la gestación los dientes son más sensibles; por ello, lávatelos debida y cuidadosamente después de cada comida, usa seda dental y enjuague bucal. Mantén buenos hábitos nutricionales y no dejes de asistir al odontólogo para los controles periódicos o en caso de molestias.
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Usa ropa cómoda. Es indicado que los interiores sean de algodón o de tejidos transpirables, no muy ajustados y flexibles o adecuados para cuando se presenten cambios o crecimiento de caderas y pechos, a medida que transcurra el embarazo.
Las prendas exteriores deben ser cómodas, amplias y no muy ceñidas a tu cuerpo con el fin de evitar trastornos. Según algunos especialistas, es mejor dormir sin ropa interior para impedir que aumente la humedad y se incremente el riesgo de contraer infecciones.
Presta atención a tu higiene íntima. “La embarazada desarrolla gran cantidad de adaptaciones fisiológicas durante su nueva condición de gestante, condición que particularmente a nivel del área genital puede alterar el sistema de respuesta inmune, aumentar las secreciones vaginales y hacerla más propensa a infecciones vulvo-vaginales.
Por lo tanto, es importante emplear jabones íntimos neutros que no alteren el pH ácido de la vagina, no darse duchas vaginales o hacerse aseo excesivo, que también alteran el pH, la microbiota vaginal y pueden generar más problemas.
Es aconsejable no usar protectores ni ropa interior con materiales sintéticos que aumenten la temperatura a nivel genital”, destaca el doctor Aramendiz, ginecólogo de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS).
Controla la sudoración. Es normal que en los dos últimos trimestres de la gestación aumente tu temperatura corporal, motivo por el que es preferible que después del baño general utilices desodorante y talcos para pies; de esta manera, evitarás que transpires mucho y que se produzcan malos olores.
No descuides tu piel. Por los cambios hormonales presenta muchas transformaciones, provocando estiramiento, manchas, picores, várices o estrías, entre otras.
Es fundamental que protejas las zonas más sensibles hidratándolas frecuentemente con cremas o productos recomendados por un dermatólogo. Debes lavar dichas zonas con agua tibia y jabón y secarlas muy bien para evitar humedad e irritaciones.
Protege tu cabello. Las hormonas placentarias provocan cambios en el cuero cabelludo, dependiendo del tipo.
Pero en general, para mantenerlo en buenas condiciones, lávatelo regularmente con un champú suave y pH neutro, no uses secador eléctrico y hazte unos masajes relajantes para que se incremente su irrigación sanguínea.
¿Y las uñas? Seguramente eres vanidosa y las conservas arregladas. Sigue con esa actitud para la protección tanto de manos como de pies y no dejes que crezcan tanto. Ponerte medias y zapatos pequeños es una buena medida para prevenir malos olores.