Hay muchas situaciones que nos encontraremos en la vida para las que no existe un manual de instrucciones, como lo es el amor. Los niños aprenden a amar a medida que reciben amor en su infancia, a través del cuidado de sus padres y familiares cercanos.
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Este es el primer espejo que tendrán para crear las bases de cómo serán sus relaciones a futuro, tanto de amistades como de pareja, por lo que es fundamental que desde los primeros años entiendan lo que son las conductas tóxicas para huirles ante la primera alerta roja.
Con estos 5 consejos podrás enseñar a tus hijos a evitar las relaciones tóxicas desde la infancia.
1. Enseña con el ejemplo
Ser buen ejemplo es el mejor método de enseñanza en cualquier área de la crianza. Todos cuando somos niños pequeños aprendemos a caminar, hablar y amar basados en lo que vemos a través de las personas más cercanas a nosotros.
Si quieres que tu hijo crezca amando sanamente, tienes que darle ese ejemplo en casa, tanto en el amor que le das a él o ella, como en el ejemplo con los demás miembros de la familia.
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2. Ayúdalo a comprender las emociones
Para formar unas bases sólidas, es clave que les enseñes a tus hijos a reconocer y expresar sus propias emociones, ya que esto ayudará a crecer y fortalecer su inteligencia emocional.
Poder reconocer sus propias emociones, tanto positivas como negativas, desde la infancia los entrenará para diferenciar entre un amor sano y un amor tóxico.
3. Enséñales el respeto
La mejor manera de enseñar respeto a los niños no es imponiendo la obediencia por la fuerza, sino mostrándoles, con ejemplos, por qué el comportamiento responsable es mejor.
Una buena manera de apoyarlo en este proceso es poniéndote en su lugar para intentar ver las cosas desde su punto de vista y será más sencillo explicarles la manera en que deben actuar con los demás.
Además de enseñar que todas las personas a su alrededor merecen respeto, es clave que sepa que él o ella también lo merece, por lo tanto, no debe dejarse “pisotear” nunca, con lo que ayudarás a fortalecer su autoestima e independencia.
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4. La empatía es clave
La tendencia a ser egoístas en la infancia es normal durante los primeros años de vida por falta de socialización y de un conocimiento limitado del mundo de las otras personas. Sin embargo, a medida que crecen, debes animarlos a ser empáticos, a cooperar con otros, a jugar con otros, etc.
Apóyalos en su aprendizaje elogiando sus gestos de generosidad para que crezcan en inteligencia emocional. Con esto les enseñarás a ser más sensibles con los demás como una forma de preparación al amor sano y verdadero.
5. Evita la dependencia tóxica
Es natural que, como seres humanos, al ser sociales, necesitamos a otros seres humanos en nuestro desarrollo y deseamos su aprobación constante y su cariño.
En una relación, especialmente de pareja, es normal e incluso deseable que exista cierta dependencia emocional con la otra persona, ya que ayudará a mantener la relación a lo largo del tiempo. Incluso podríamos hablar de que el miedo también es necesario en su justa medida, pues nos impide hacer cosas que serían malas para los demás.
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El problema llega cuando esa dependencia es tan desproporcionada que causan una angustia profunda y desoladora que le impide desarrollarse y lograr una libertad sana, lo que a su vez puede someter a una persona al control de otra.
Como padres, en primer lugar, debemos huirle a caer en tener relaciones de dependencia emocional excesiva con nuestros hijos y acompañarlos cuando crezcan para hacerlos ver si están cayendo en otra relación de dependencia tóxica.
¡Bonus!
La mejor manera de evitar la dependencia tóxica es enseñando el amor verdadero, que los llevará a concentrarse en los aspectos positivos de las otras personas y a cultivar relaciones sanas todos los días para que pueda mejorar.