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Se acerca la hora, cuidados que debes tener antes del parto

¡Al fin! Pronto será el gran día, y aunque todavía faltan momentos agotadores, ya poco importan los dolores, las hinchazones, el aumento de peso o las largas noches en vela. Lo único cierto, es que tu bebé, ese pequeño ser al que por meses has estado esperado con tanto anhelo e ilusión, está por llegar.

Por Redacción Cromos
03 de octubre de 2020
Embarazo de mujer. A punto de dar a luz
Fotografía por: Pixabay
Embarazo de mujer. A punto de dar a luz

Embarazo de mujer. A punto de dar a luz

Fotografía por: Pixabay

La felicidad se nota plenamente en tu rostro y te mantienes entre la alegría y la ansiedad de estar a semanas del parto, y la incertidumbre por los grandes cambios que se avecinan en tu diario vivir y por saber si vas a poder cumplir bien con esta gran misión de ser mamá.

Pero mientras llega ese ansiado instante, tendrás que seguir conviviendo con las molestias comunes del tercer trimestre de gestación, entre estas el agotamiento físico y mental y el insomnio por las constantes idas al baño a orinar y por la dificultad de descubrir una postura ideal para dormir que contrarreste el gran volumen y peso de tu vientre. Calambres e inflamación en las piernas, congestión nasal, dolores pélvicos y en la región lumbar de la espalda, vómitos y diarrea, son otras posibles dificultades que tendrás que soportar por un sueño que pronto se hará realidad.

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“Los síntomas más comunes en las últimas semanas del embarazo y que son considerados normales, son la aparición de contracciones falsas, que se presentan en el último trimestre. También el edema de los miembros inferiores y un dolor leve en el hipogastrio o abdomen bajo. Hay un poco de cansancio y algo de ansiedad”, revela el ginecoobstetra Diego Fernando Moreno.

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En cuanto a las consultas médicas, restarán pocas pero todas trascendentales. En dichas citas te realizarán, entre otros exámenes y valoraciones, monitoreos con el fin de saber cómo se encuentra el latido cardiaco de tu bebé y las contracciones del útero, exploraciones del abdomen para establecer su posición y cómo transcurre su crecimiento y un tacto vaginal para determinar cómo está ubicada la placenta y si será ineludible una cesárea.

De esta manera, el especialista comprobará si todo marcha sobre ruedas y si Viviana, Sebastián, Andrea, José, o como se va a llamar tu hijo, viene por buen camino, o si algo no está bien y se presentan síntomas de diabetes gestacional, preeclampsia o restricción del crecimiento intrauterino, por ejemplo.

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Es cierto, aún te faltan jornadas extenuantes; sin embargo, puedes hacerlas más llevaderas y soportables si tienes en cuenta ciertas recomendaciones que te serán de gran utilidad:

Siempre positiva: “Todo va a salir súper”; debe ser tu pensamiento permanente. Ansiedad, incertidumbre y temores son sentimientos normales en esta fase final de la gestación, pero como sabes que lo has hecho bien y a conciencia, los controlarás e impondrás la confianza y seguridad que hay en ti.

Intenta descansar más: Ya es hora de disminuir el tiempo dedicado al trabajo, los compromisos, los oficios hogareños y demás actividades que te exijan gran esfuerzo. ¿Estás rodeada de familiares y bueno amigos? Aprovéchalos, en el buen sentido de la palabra, y delega funciones y diligencias para que puedas descansar mucho.

Busca momentos para relajarte: Alternativas tienes, y varias. Escucha música; ópera, clásica, balada o instrumental… Elije la que te guste y te brinde tranquilidad. También son opciones llamativas buenas lecturas, baños con agua a medio calentar o masajes con esencias, caminatas o paseos cortos en medio de la naturaleza y otras actividades de tu agrado que no impliquen riesgos y te permitan permanecer en paz.

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No descuides la alimentación: Ahora más que nunca tendrás que recargar tus energías y conservarlas hasta el parto. Por tal razón, continúa con una nutrición ideal basada principalmente en carbohidratos, proteínas de gran valor biológico, frutas, verduras, lácteos integrales y frutos secos. No te olvides de hidratarte con buena cantidad de agua y procura que las comidas sean varias veces al día pero distribuidas en pequeñas porciones.

Deja todo arreglado: “Al que madruga Dios le ayuda”, reza un reconocido refrán, que se hará realidad para ti si con varios días o semanas de antelación al parto alistas todos los asuntos hasta ahora pendientes: maleta con ropa e implementos tuyos y del bebé que vas a necesitar en la clínica, documentos que requerirás, cuarto del nuevo inquilino arreglado, números telefónicos de contacto guardados y personas encargadas de cubrir tu ausencia confirmadas, entre otros detalles.

No hay fórmula mágica para que los días que preceden al parto sean más llevaderos y tranquilos, sencillamente porque cada embarazada es un mundo único y diferente. Para el doctor Diego Fernando Moreno “lo más importante es que la paciente haga lo que ella siente que le hace bien. Si trabaja y eso la hace feliz, pues que siga trabajando. Si está cansada, puede pedir una anticipación de la licencia. Pero lo esencial es el acompañamiento de sus seres queridos: esposo, padres, amigos, etc.”.

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