Ciertos estudios afirman que las gestantes que padecen de náuseas, tienen menor riesgo de tener un aborto espontáneo.
Tranquilidad… nada altera tu día a día. Cansancio, somnolencia y aversión por ciertos olores y alimentos, incluso por aquellos que siempre fueron de tu mayor agrado. Ganas de orinar seguido, náuseas, mareos, dolor abdominal y sensación de resfriado o de nariz tapada. Así como para algunas mujeres sus primeros días de embarazo transcurren en completa normalidad; en otras, ese mismo tiempo se convierte en una verdadera revolución.
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Sigue a Cromos en WhatsAppLas causantes de ese: ¿qué me pasa?, son las hormonas, que comienzan a ajustar sus niveles para que el embarazo siga su curso. Al inicio de la gestación, la protagonista es la gonadotropina coriónica humana.
Su labor es comunicarte que pronto serás mamá –es la que se detecta en la prueba de orina–; pero también, es la causante de esos molestos síntomas primerizos, normales en la mayoría de mujeres, pero que se sienten o experimentan de forma diferente, ya que cada embarazada es un universo distinto.
Los más frecuentes, que pueden anunciarte que algo está pasando en tu interior –aún sin practicarte una prueba– son:
Pechos sensibles y más grandes
Es una de las primeras señales en presentarse y que invita a las mujeres, por lo menos, a la sospecha. La prolactina, la hormona encargada de que tus senos estén listos para la lactancia, durante el embarazo ocasiona que aumenten de tamaño, produciéndose mayor tensión y sensibilidad al mínimo contacto o a un simple roce. Igualmente, la areola se torna más grande. Con el pasar de los meses, se oscurece, así como el pezón, y podrás percibir unos pequeños bultos o granos que lubricarán tu pezón.
Náuseas y mareos
No son exclusivos de películas o novelas, pero como en estas, pueden indicar que la “protagonista” está embarazada. Cerca del 80% de las gestantes experimentan náuseas; generalmente se manifiestan desde el primer mes y pueden suceder a cualquier hora del día, pero son más habituales en las mañanas.
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Aunque no hay causa certera que motive su aparición, nuevamente los cambios hormonales están relacionados como los determinantes de este molesto síntoma matutino que puede acompañarte durante los primeros meses.
Las buenas noticias informan que suelen desaparecer para el segundo trimestre y que, aunque son fastidiosas, ciertos estudios afirman que las gestantes que las padecen tienen menor riesgo de tener un aborto espontáneo, porque probablemente hay un incremento de hormonas indispensables para un embarazo normal.
Más deseos de orinar
Al incrementarse el flujo de sangre por el organismo, los riñones tienen trabajo extra y procesan más líquidos corporales que acaban en la vejiga. Por tal razón, hacia las seis semanas tendrás ganas de orinar con más frecuencia. Esta necesidad se ve incrementada porque tu útero también comienza a crecer. Con los nuevos tamaños que va adquiriendo, los órganos que lo rodean, entre estos la vejiga, se ven oprimidos
En el segundo trimestre, esta necesidad disminuye, en la medida que la producción hormonal se estabiliza; pero en el tercero, las ganas de orinar se intensifican de nuevo. El útero, por el tamaño que alcanza, presiona tanto la vejiga, que la deja con menor capacidad de almacenamiento, obligándola a vaciarse más seguido.
Cansancio y sueño
Son de los primeros síntomas que surgen, y muchas gestantes pueden sentirse agotadas, decaídas y somnolientas, como si hubieran caminado de arriba para abajo, jugado un partido de básquet o corrido kilómetros y más kilómetros. La razón se fundamenta en las alteraciones hormonales sufridas por el organismo de la embarazada, esencialmente por la producción de gran cantidad de progesterona, que presenta un efecto sedante.
Ausencia de la menstruación
También denominada como amenorrea. Cuando el ciclo menstrual es regular y no llega, es un indicio claro de la posibilidad de embarazo, pero sí es irregular y el sangrado se retrasa, no es confiable hasta la aparición de otros síntomas.
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Dolor abdominal
Por los cambios que sufre el útero, especialmente su aumento, los músculos y ligamentos se tensionan más, motivo por el que es factible que aparezcan dolores o sensación de hinchazón, que pueden llegar a ser intensos desde el comienzo del embarazo y transformarse en calambres. Al ser similares, muchas veces se confunden con los que dan cuando empieza el periodo, sobre todo si coinciden con el sangrado inicial.
Agrado o repulsión por alimentos
En ocasiones, es uno de los síntomas iniciales de la gestación, y mientras que hay antojos por algunos alimentos y a cualquier hora, otros pueden causar desagrado y hasta provocar náuseas o vómitos. Los motivos por lo que sucede esta situación no son muy claros, pero especialistas lo atribuyen al aumento de ciertas hormonas, entre ellas las prostaglandinas y los estrógenos, que agudizan la sensibilidad tanto del gusto como del olfato, y la gonadotropina, asociada con las náuseas.
Según un estudio publicado en la revista científica Chemical Senses, y elaborado en la Universidad de Umeå (Suecia), el 67% de las gestantes manifestó sentir una percepción anormal del olor, mientras que el 26% señaló cambios en el gusto. Dicho aumento de sensibilidad se reportó como muy común en la etapa temprana del embarazo.
Sangrado de implantación
Es leve y como un manchado que se presenta, aproximadamente, entre los 6 y 12 días posteriores a la concepción, cuando el bebé se implanta en el útero y algunos vasos sanguíneos se rompen. La sangre es de color rosado o marrón, y aunque puede confundirse con la de la menstruación, es más clara y se presenta en menor cantidad. Algunos estudios indican que cerca del 25% de las gestantes experimentan este sangrado.
Aunque la activación de pocos o varios de los síntomas referenciados pueden inducirte a pensar que estás embarazada, las únicas opciones ciento por ciento eficaces te la dan un test de embarazo, que se realiza por medio de análisis de orina y lo puedes adquirir en cualquier farmacia y hacértelo tú, o un análisis de sangre en un laboratorio clínico.
Estreñimiento, defensas disminuidas, eliminación de gases, vértigos, cambios en la visión, cólicos, estreñimiento, variación del estado de ánimo, hinchazón de piernas y manos, acidez, acné y dolores de cabeza, son otras señales no tan comunes, pero que pueden anunciar un embarazo. Sin embargo, sean síntomas frecuentes o no, pueden sugerir también afecciones y enfermedades, motivo por el que lo ideal es que consultes con un especialista que te confirme si se presentan porque estás en etapa de gestación.