Ser observador de los detalles podría ayudarte a notar si hay algo anormal en la salud de tu hijo. Estas son las alertas del autismo.
Como nuevos papás existen muchas dudas en torno a lo que es normal y lo que no en el desarrollo de nuestros hijos, por lo que, en ocasiones, podríamos pasar por alto algunos signos de alerta frente a posibles enfermedades o trastornos.
Hay alertas fáciles de identificar, como la fiebre o falta de apetito, con las que se podrá deducir que hay un problema de salud. Sin embargo, hay otras que no son sencillas de ver y que pueden tener un significado importante.
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Conoce aquí algunos de los signos de alerta temprana para saber si tu hijo tiene autismo.
¿Qué es el autismo?
De acuerdo con la Clínica Mayo de Estados Unidos, el TEA, trastorno del espectro autista (comúnmente llamado autismo), es una afección del desarrollo del cerebro que impacta la manera en la que una persona percibe el mundo y socializa con otras personas, lo que puede causar problemas en la interacción social y la comunicación.
Es llamado espectro ya que no es una afección igual para todos quienes la padecen, sino que en cada caso se presenta de manera diferente, afectando aristas distintas, siendo una condición plural y en constante descubrimiento.
El autismo inicia en los primeros años de la infancia, ya que los bebés suelen presentar los síntomas e indicios de autismo antes de culminar los primeros 14 meses de vida.
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La Clínica Mayo afirma que un número reducido de niños parecen desarrollarse de forma normal en el primer año y luego pasan por un período de regresión entre los 18 y los 24 meses de edad.
Es importante aclarar que el autismo no tiene una cura, ya que no es una enfermedad, pero sí es importante llegar a un diagnóstico temprano, ya que con este se podrá llegar a un tratamiento adecuado y terapias específicas, que pueden hacer una gran diferencia en la calidad de vida de muchos niños.
Signos de alerta
Solo un profesional de la salud podría diagnosticar con TEA (autismo) a tu bebé, pero sí hay algunas conductas que pueden llamar tu atención, por ejemplo, que tu bebé no responda a su nombre, no sostenga la mirada, no empiece a hablar al llegar a los 18 meses, que tenga movimientos o conductas repetitivas, entre otras.
Estas son algunos de los síntomas que pueden servirte de alerta para saber si tu bebé puede tener autismo, para que acudas con un profesional, para iniciar el correcto tratamiento de su caso.
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¿Cómo identificar los signos del autismo en mi bebé?
Aunque es un espectro y en cada persona esta condición podría presentarse de manera distinta, existen algunos ejemplos de las diferencias que hay en el ámbito social y del comportamiento de los niños con autismo.
¡Importante! Un niño con el TEA no siempre tendrá los mismos síntomas que otro con el mismo diagnóstico, ya que la cantidad y la severidad de los síntomas puede variar mucho.
Diferencias sociales
- No sostiene la mirada o establece muy poco contacto visual
- No responde a sonrisas u otras expresiones faciales de los padres y familiares
- No sigue con la mirada a los objetos que están observando o señalando los padres
- No señala cosas o eventos para llamar la atención y que los padres los miren
- No suele tener expresiones faciales adecuadas, es decir, parecen no concordar con el resto de su lenguaje corporal y varían rápidamente
- No logra percibir lo que otros podrían estar pensando o sintiendo a través de sus expresiones faciales
- Se le dificulta hacer amigos o no le interesa hacerlo
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Diferencias de comunicación
- No señala cosas para indicarte sus necesidades ni comparte cosas con los demás, todo se lo reserva para sí mismo
- No dice palabras sueltas a los 18 meses
- Repite exactamente lo que otros dicen, aunque no comprendan su significado (esta conducta generalmente se llama repetición mecánica o ecolalia).
- No responde cuando lo llaman por su nombre. Puede que sí responda a otros sonidos como la bocina de un carro o el maullido de un gato
- Se refiere a sí mismo como “tú” y a otros como “yo”
- No comienza y se le dificulta continuar una conversación
- Suelen tener una muy buena memoria, especialmente para los números, las letras, las canciones, las canciones publicitarias de la televisión o un tema específico que le guste
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Diferencias de comportamiento
- Se mece, da vueltas, se balancea, se tuerce los dedos, camina en la punta de los dedos de los pies durante largo tiempo o aletea las manos. Cualquiera de estas conductas suele realizarlas por largos periodos de tiempo
- Prefiere las rutinas y el orden; tiene dificultadas con los cambios o la transición entre actividades
- Juega con algunas partes de los juguetes en lugar del juguete entero, por ejemplo, le da vueltas a las ruedas de un carrito en lugar de ponerlo a andar
- Parece no sentir dolor
- Puede ser muy sensible o no tener sensibilidad alguna a los olores, sonidos (ruidos), luces, texturas y al tacto (contacto). En cualquiera de los dos casos es llevado al extremo
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¡Confía en tus instintos!
Si sientes alguna preocupación sobre la manera en cómo tu hijo juega, habla, aprende o se mueve, háblalo con su pediatra.
Tú eres quien conoce mejor a tu bebé y tus inquietudes son importantes. Anota todo lo que te genere dudas y pregunta todo lo que sea necesario para tu tranquilidad. Junto al pediatra encontrarán la mejor forma de ayudar a tu niño.
Es fundamental que no esperes, reaccionar a tiempo puede marcar la diferencia para brindarle las herramientas para su desarrollo y mejorar su calidad de vida.