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Las convulsiones febriles son una respuesta del cuerpo de los bebés a la fiebre y se manifiestan como espasmos musculares, sacudidas del cuerpo en piernas y brazos. Se presentan porque el sistema de conducción eléctrica en el cerebro, con el que se transmiten los impulsos nerviosos, es inmaduro y está en formación.
Calma, mucha calma
Si bien desde el punto de vista médico las convulsiones febriles no revisten un riesgo mayor, pueden ser un gran generador de angustia para los padres. Los espasmos y las sacudidas pueden alarmar de manera pronunciada, hacer pensar que se trata de un ataque de epilepsia o de ‘shock’ grave. Por eso, el principal consejo, aunque quizá también resulte el más difícil de conseguir, es intentar mantener la calma.
Es conveniente que los padres sepan que en promedio, este tipo de convulsiones duran de uno a cinco minutos y que se detienen de manera espontánea. Son mas frecuentes en niños y niñas entre los 12 meses y los cinco años, es poco probable que se presenten por encima de esta edad y aunque en los años siguientes los niños pueden presentar fiebre por cualquier tipo de infección, el riesgo de convulsionar es mucho menor.
Tenga en cuenta que una convulsión febril simple no genera ninguna secuela futura y no es indicio ni de epilepsia, ni de meningitis. Es benigna y pasajera, como parte del crecimiento y aunque se pueden repetir durante con la aparición de enfermedades infecciosas. Generalmente se presentan cuando la fiebre empieza a aumentar, lo que quiere decir que prácticamente es imposible evitarlas o prevenirlas.
Las señales de alerta están relacionadas con la severidad de la infección. Para esto hay que observar bebé cuando esté sin fiebre: si no juega de forma usual, si no recibe alimentos o si se le nota enfermo, estas podrían ser señales de alerta para acudir a un servicio de urgencias o buscar al medico tratante.
Tips:
• Ponga al bebé en el suelo sobre una manta y en un área despejada para evitar golpes y caídas.• No intente ninguna maniobra en la boca del niño o niña. Meter los dedos o algo en la boca, con la intención de que no se muerdan los labios o la lengua puede causarle lesiones.
• No pretenda darle respiración boca a boca.
• Retírele prendas de vestir al bebé para ayudar a que la fiebre baje.
• Ponga paños con agua tibia en la frente y cuello del bebé
• Acuda a un centro de urgencias una vez terminada la convulsión.