Existen muchos mitos sobre la crianza que se han ido extendiendo culturalmente por generaciones, que no solo son incorrectos, sino que pueden llegar a ser perjudiciales para los niños.
Hace algunas décadas existía mucha información incompleta por lo que se seguía creyendo en algunos mitos que la ciencia, con el paso de los años, se ha encargado de desmentir. Sin embargo, hay algunas creencias que se siguen compartiendo, que tomamos por ciertos y que deberíamos olvidar si no queremos hacer daño a nuestros hijos.
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La mayoría de estas creencias erradas giran en torno a los cuidados de los más pequeños o a su salud, ya que no tienen manera de expresarnos fácilmente cómo se sienten, así que no estamos hablando de un área irrelevante.
Como papás muy seguramente hemos estado en el escenario de recibir un consejo sobre la alimentación o crianza, por parte de nuestra suegra, madre o familiares más experimentados, que suena poco convencional o chocante con lo que has ido aprendiendo.
Por esto, reunimos 5 de los mitos de crianza más populares, explicando por qué no son ciertos, para que puedas responder a esas sugerencias extrañas sobre el cuidado de tus hijos.
“Si rapas completamente a tu bebé, el pelo le crecerá más fuerte”
Este es uno de los grandes mitos, e incluso muchos de nosotros fuimos de esos bebés rapados, por lo que es normal que ahora estando en la posición de mamá o papá oigas el consejo de hacer lo mismo.
La cantidad y calidad del pelo depende en gran medida de los genes y rapar la cabeza del bebé no hará que le salga más fuerte, ya que, en general, su aspecto definitivo no dependerá de que lo hagamos. El cabello con el que nace se renovará en los siguientes meses.
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“No cargues tanto al bebé porque se malacostumbra”
El bebé no se malacostumbra a estar en brazos porque lo cargues cuando llora. Si tu bebé llora es porque necesita algo y debe ser atendido, en ese momento lo que necesita es sentirse amado y protegido. El contacto físico y las caricias tienen infinidad de beneficios para ellos, porque son una necesidad tal como ser alimentado o tener su pañal limpio.
Un bebé que recibe mimos constantemente será un niño más feliz. Es posible que entre más cargues a tu bebé, te seguirá pidiendo, pero es una muestra de que está acostumbrado a sentirse amado y seguro a tu lado, por lo que es emocionalmente positivo.
“No pasa nada si toma miel” o “Deberías darle agua”
Es muy común escuchar que la miel es un excelente remedio para todo a cualquier edad, sin embargo, esto no es cierto y puede ser perjudicial. Los niños menores de un año no deben tomar miel porque representa un alto riesgo de sufrir botulismo.
Sucede algo similar con el agua, ya que se tiene la idea de que es buena para todo y no podría hacer daño a nadie, pero no es del todo cierto en el caso de los bebés. A los recién nacidos no se les debe dar agua porque la hidratación necesaria la obtienen de la leche. Al bebé se le empieza a ofrecer agua a partir del inicio de la alimentación complementaria, alrededor de los 6 meses.
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La Organización Mundial de la Salud explica que no se debe dar agua al bebé antes porque se le pone “en riesgo de diarrea y desnutrición”, ya que el agua puede estar contaminada y causar infecciones en su organismo que está terminando de desarrollarse aún. También hay que tener en cuenta que dar agua a un recién nacido “puede causar que el bebé consuma menos leche materna o suspenda la lactancia”, por lo que no recibiría los nutrientes que necesita.
“La salida de los dientes provoca fiebre”
Otro mito muy extendido es que la salida de los dientes produce fiebre y no es así. La dentición causa incomodidad, malestar y molestias en el bebé, porque no es un proceso agradable y pueden sentirse desesperados por no saber calmar la sensación. Sin embargo, la fiebre no hace parte de las consecuencias de la salida de los dientes.
“Si tu hijo tiene temperaturas persistentemente superiores a 38ºC no debemos escudarnos en los dientes, debemos buscar otro origen” explica “Lucía, mi pediatra” en su blog.
No puedes bajar la guardia, por lo que si identificas fiebre en tu bebé puede ser indicador de que algo no está bien en su organismo y rápidamente debes hallar una solución, de la mano con su pediatra.
“Si tiene hipo, ponle un hilo rojo en la frente” (También puede ser un algodón mojado o un trozo de papel)
Este es un clásico de las abuelas y no, por ponerle un hilo rojo, algodón o un papel en la frente a tu bebé no detiene el hipo.
El hipo se produce porque el diafragma se contrae de manera brusca y empuja el aire en los pulmones. Esto provoca el cierre de las cuerdas vocales y por ello se emite el característico sonido, por lo que no tiene nada que ver con la piel o la frente.
Generalmente se da porque tu bebé al estar tomando pecho “traga” aire, por tener un mal agarre o por estar tomando biberón muy rápido. Puedes identificar lo que causa el hipo y prevenirlo para la próxima ocasión.