Embarazo o estoy gorda. Obesidad. Embarazo
“¡Hola amiguis, qué rico verte de nuevo! ¿Cómo vas? Veo que muy bien porque te estás tomando toda la sopita –con ganas–, y con el seco incluido”. “No querida, estoy esperando un hijo”. Imprudencias de este tipo son repetitivas y normales cuando aún es difícil determinar si una mujer está excedida de kilos o en embarazo.
Y para que la falta de tacto de algunas personas no sea por duplicado y te digan, “¿además de embarazada, gordita?”, es fundamental que si estás en gestación, o planeas hacerlo, sepas cuántos kilos debes subir, aproximadamente, en esta importante etapa de la mujer, y por qué no es conveniente pasarse de ese límite.
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Cerca del final del primer trimestre es normal que comience a apreciarse más abultada tu barriga, pero no necesariamente el aumento de su tamaño será igual al de otra mujer embarazada y con las mismas semanas de gestación. Y de ello, dependen factores como el peso que tenías antes de comenzar el embarazo, el índice de masa muscular, tu constitución física y la alimentación que mantengas durante este periodo.
Algunos especialistas estiman que las gestantes deben subir entre 11,5 y 16 kilos, mientras que otros opinan que de 7 a 12 kilos es lo recomendado. Si hay sobrepeso, lo aconsejable es no subir tanto, solo entre unos 7 y 11 kilos, pero si el peso es bajo, entre 13 y 18 kilos estará bien. Por lo general, durante el primer trimestre el incremento estimado de peso es entre 1 y 2 kilos, y después cerca de medio kilo cada semana hasta el momento del parto.
Debes tener presente que tu volumen adicional no corresponde exclusivamente al bebé que está en camino. Él solo pesa cerca de 3.5 kilos, el riego sanguíneo 2 kg, los depósitos de grasa corporal entre 2.5 y 4 kg, y la placenta de 1 a 1.5 kg, al igual que el líquido amniótico y el tejido mamario, mientras que el aumento de tu útero es de 1.2 a 2.5 kg.
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Según diversos estudios, si te extralimitas más de lo indicado y presentas sobrepeso, tendrás más riesgo de contraer enfermedades. “Al no aumentar de peso en exceso, se previenen algunas enfermedades, como hipertensión arterial, preeclampsia y diabetes gestacional, y se minimiza el riesgo de cesárea y parto prematuro”, indica el ginecoobstetra Diego Fernando Moreno.
Pero también otras complicaciones pueden desencadenarse, entre estas: dificultades respiratorias, tromboembolismo, várices, edemas, apnea del sueño, infecciones urinarias, hemorragia posparto, aborto espontáneo o muerte fetal.
Pero no solo tú puedes verte afectada, también es probable que el bebé que esperas con tanto amor y dedicación sufra, de acuerdo con estudios médicos que se han realizado, consecuencias negativas en el futuro: obesidad, osteoporosis, diabetes mellitus o tipo II, enfermedad cardiovascular, asma, alergias infantiles, autismo, esquizofrenia y otros inconvenientes neurológicos, y cáncer, por ejemplo.
Por tal razón, es vital que adquieras hábitos saludables, como una alimentación equilibrada, sana y con respeto de horarios para las comidas; que practiques, de forma moderada, alguna actividad física o deportiva –la natación o caminatas de 30 minutos al día son perfectas–; que te hidrates lo necesario con agua natural, y que duermas bien en las noches, entre 7 y 9 horas.
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“En general, después del parto, el haber subido de peso adecuadamente tiene, sobre todo, ventajas estéticas, en especial la recuperación de la figura corporal en menos tiempo, con las ventajas psicológicas que esto trae, así como la recuperación de enfermedades agregadas y el pronto retorno a la normalidad”, aclara el doctor Diego Fernando Moreno.
De esta manera, cuando vean tu voluminosa barriguita, es mejor que los indiscretos te señalen y pequen de imprudentes porque estás embarazada, y que estás a unos meses de darle identidad a un nuevo ser que alegrará tu existencia, y no por tener sobrepeso u obesidad, situación que, por el contrario, puede provocarte diversos inconvenientes en tu salud y bienestar.