Durante el embarazo es fundamental que la mujer gestante esté atenta para cuidar su salud en todas las áreas, ya que no la afectarán solo a ella sino también a su bebé. Sin embargo, en muchas ocasiones el cuidado se concentra en el bienestar físico, dejando de lado condiciones importantes como la ansiedad y la depresión.
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Recientes estudios sobre el tema han encontrado que sufrir trastornos en la salud emocional, como la depresión, podría tener consecuencias negativas tanto para la mamá como para el bebé, desde atravesar por complicaciones en el embarazo, hasta el riesgo de padecer ciertas enfermedades a largo plazo en la infancia del niño.
Ansiedad en el embarazo
Ante el escenario de grandes cambios con la llegada de un nuevo integrante al hogar, las preguntas sin respuesta y la falta de experiencia pueden hacer que la nueva mamá empiece a experimentar ansiedad.
Ante el escenario de grandes cambios con la llegada de un nuevo integrante al hogar, las preguntas sin respuesta y la falta de experiencia pueden hacer que la nueva mamá empiece a experimentar ansiedad.
Un estudio reciente, publicado por la Librería Nacional de Medicina de los Estados Unidos, demostró que padecer ansiedad durante el embarazo podría aumentar el riesgo de tener un parto prematuro.
Frente a estas fuertes conclusiones, esta nueva investigación de la Asociación Americana de Psicología recalca la importancia de cuidar la salud mental en el embarazo.
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En este análisis participaron cerca de 200 mujeres y se logró determinar que las mujeres que presentan ansiedad en la gestación tienen mayores probabilidades de dar a luz antes que aquellas que no la padecen.
Además, se encontró que la mayor relación entre la ansiedad y el parto prematuro se presentaba en las mujeres con temores relacionados con la finalización su embarazo u otros factores del tercer trimestre, como la salud de su bebé o el miedo al parto.
Otros estudios sobre la ansiedad durante el embarazo, publicados en el mismo portal, han demostrado que también podría aumentar el riesgo de necesitar una cesárea por primera vez, en comparación con las mujeres que no la tenían.
¿Cómo evitar la ansiedad en el embarazo?
Los investigadores destacan una realidad que dificulta el manejo de estos temores: en muchas ocasiones tener la presión por no padecer ansiedad, por cuidarse a sí misma y al bebé, aumenta los niveles de ansiedad y estrés en las embarazadas.
Por esto, la primera recomendación para el manejo de la ansiedad es que, más que preocuparnos por “lo que podría pasar”, ocupémonos de evitar factores que puedan desencadenarla y mantener la calma.
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Adicionalmente, hay algunas medidas que podrías practicar durante el embarazo, para intentar regular tu preocupación:
1. Medita y haz ejercicios de respiración
La meditación, para muchas mujeres, es un mecanismo muy eficaz para evitar la ansiedad. Puedes usar música, un audio de meditación guiada o recitar un mantra. Meditar nos ayuda a dar calma a nuestra mente y mantener a raya los pensamientos fatalistas.
2. No te satures de información
La mayoría de los temores que tenemos en el embarazo son válidos: todas deseamos que nuestro bebé se desarrolle normalmente y nazca de la mejor forma posible. Pero estos factores pueden venir de una sobreinformación, al leer en exceso sobre escenarios negativos que ni siquiera son muy probables en tu caso particular.
Algunos de ellos también pueden surgir cuando nuestros embarazos no cumplen con las expectativas que tenemos y la sobrecarga de información que podemos recibir en nuestro entorno y que nos hace estar extremadamente alerta, cuestionándonos cualquier cosa fuera de “lo normal”, creando preocupaciones innecesarias.
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3. Habla con tu médico
Ya que la raíz de la ansiedad suele estar en pensamientos de lo que “podría” pasar, ataca esas dudas con el experto. Lo mejor siempre será consultar al médico y pedirle que te proporcione la información que necesites conocer para tener un embarazo saludable.
4. Busca terapia
Por último, la ayuda más efectiva para cualquier trastorno de salud mental durante el embarazo es la terapia psicológica con el profesional idóneo.
Si has intentado diferentes mecanismos y la ansiedad no se reduce o va más allá de los temores comunes y ocasionales, lo mejor será buscar ayuda profesional.
