Los piojos son uno de los grandes dolores de cabeza para los papás de niños que ya entraron al colegio, ya que se transmiten con facilidad en la edad escolar, desencadenando pequeñas epidemias en los colegios y jardines.
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Aunque tener piojos no se trata de una patología grave, puede ser complicado librarse de ellos, además de que en muchos casos tardamos en notarlos.
Te contamos en qué consiste esta afección y cómo podemos tratar (y evitar) la transmisión de piojos en tus hijos.
¿Qué son los piojos?
Los piojos son unos pequeños insectos que viven en el cabello de las personas. Estos se transmiten por contacto directo, es decir, al rozarse o tocarse las cabezas, momento en que el piojo pasa de un pelo a otro con gran facilidad.
Después de la transmisión, los piojos ponen sus huevos (llamados liendras) sobre el pelo, muy cerca del cuero cabelludo. Estas liendras crecen y a las 2 semanas aproximadamente se transforman en un piojo adulto, que ponen más huevos.
Para hacernos una idea de las dimensiones de este problema, cada piojo hembra pone de 6 a 10 liendres en cada ciclo, lo que explica por qué se propaga tan rápido y en unos cuantos días tu hijo podría tener decenas.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas típicos de una infección por piojos o pediculosis es el picor en el cuero cabelludo y por lo tanto el estar rascándose constantemente. Al revisar la cabeza detenidamente veremos las liendras como unas pequeñas motas blancas pegadas al cabello.
Ya que estos insectos se alimentan de la sangre del cuero cabelludo, las encontraremos muy cerca de la raíz del pelo.
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El tamaño de un piojo adulto es de 2 o 3 mm y el de las liendras de 0,8 mm. Para diferenciar entre caspa y liendras debemos intentar despegarlas con nuestras uñas, la caspa se desprende con facilidad, mientras que las liendras se quedan adheridas al pelo con fuerza.
¿Qué hago si mi hijo tiene piojos?
En el mercado existen múltiples medicamentos en crema o loción para acabar con los piojos. Sin embargo, ya que la piel de los niños es muy sensible, cualquier fármaco para ponerlo en su cuero cabelludo debe ser prescrito por el pediatra, especialmente en menores de 2 años.
Es fundamental que sigas las instrucciones que nos indique el medicamente al pie de la letra. Generalmente, se debe aplicar el producto sobre el pelo seco y dejarlo actuar unos 10 o 15 minutos. Después, se retiran los piojos y liendres a mano o usando un peine.
Cómo limpiar los piojos en los niños
Aunque aparentemente la cabeza ya haya quedado limpia y libre de liendras, debes seguir revisándola las siguientes 2 semanas con el peine, para detectar algún otro piojo o liendre que haya quedado escondido.
Este paso es muy importante porque luego de 2 semanas, si quedó alguna liendre ya habrá pasado a ser piojo y ya será suficientemente grande como para poder verlo. Si pasan más de dos semanas y no encuentras ningún piojo o liendre, han superado exitosamente el contagio.
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¡Importante!
Los piojos pueden vivir 1 o 2 días en los tejidos u otras superficies, por esto debes lavar con agua caliente la ropa, toallas y sábanas para eliminar cualquier insecto que haya quedado oculto allí.
Los peines y accesorios del pelo deben sumergirse durante 10 minutos en alguna loción parasitaria para matar las liendras. Si no tienes manera de limpiarlo en ese momento, puedes tenerlo guardado en una bolsa de plástico sellada durante 2 semanas, cuando dejará de ser una amenaza.
Si persiste la infección por piojos puede ser necesario dejar la loción o medicamento durante más tiempo, utilizando un gorro de plástico. O recurrir a productos con principios activos más potentes, siempre bajo la prescripción del pediatra de tus hijos.
¿Se puede prevenir la aparición de los piojos?
Los piojos pueden aparecer en cualquier ambiente y no son sinónimo de que el niño que los padezca tenga mala higiene. Lo mejor para prevenir es revisar la cabeza de los niños al menos una vez a la semana para poder detectarlos lo más pronto posible y así será más fácil de manejar.
Los tratamientos preventivos que encontramos en algunos supermercados o droguerías no son muy recomendables ya que estamos sometiendo a los niños a un tratamiento innecesario, que debería ponerse solo si ya hay infección.