Los niños son esponjas emocionales: todo lo que ven, oyen y sienten a su alrededor se convierte en parte de su aprendizaje sobre cómo manejar conflictos y expresar emociones.
Algunas conductas de los padres, aunque parezcan inofensivas en el momento, pueden dejar huellas negativas en su bienestar emocional.
Sigue a Cromos en WhatsApp¿Qué cosas no se deberían hacer en frente de los hijos?
Aquí tiene tres errores comunes que deberían evitarse a toda costa.
1. No discuta frente a sus hijos
Las peleas entre adultos son inevitables, pero permitir que los niños sean testigos de estas puede generar ansiedad, inseguridad y, en casos extremos, un temor constante al conflicto. Los pequeños no tienen la capacidad de comprender el contexto completo, lo que los lleva a interpretar las discusiones como algo más serio de lo que quizá es. Resolver los desacuerdos en privado fomenta un ambiente más estable y seguro.
2. No lance ni rompa objetos en momentos de ira
El manejo de la ira es fundamental para enseñar a los hijos cómo controlar sus propias emociones. Romper objetos o lanzar cosas no solo envía un mensaje de agresividad, sino que también puede hacer que los niños adopten este comportamiento como una respuesta válida ante el estrés. En lugar de eso, demuestre autocontrol y hable sobre cómo se siente, modelando alternativas saludables para lidiar con el enojo.
3. No duerma separado en medio de una discusión
Aunque a veces la tentación de evitar el contacto tras una pelea es grande, el impacto en los hijos puede ser significativo. Cuando ven que los padres duermen separados o se evitan, perciben que los conflictos son irresolubles, lo que puede hacerlos sentir vulnerables. Intente solucionar los problemas antes de irse a dormir, no solo por su relación, sino también por el ejemplo que esto da a sus hijos sobre la resolución de conflictos.
Las discusiones de pareja pueden generar inseguridades, ira y temor en los niños.
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Ser un modelo positivo no significa ser perfecto, sino ser consciente del impacto que sus acciones tienen en los más pequeños. Al evitar estas tres conductas frente a sus hijos, no solo les protege de posibles traumas emocionales, sino que también siembra las bases para relaciones saludables y hogares llenos de amor y comprensión. ¿Está listo para ser un modelo a seguir?
*Contenido generado con asistencia de la IA.