Una reciente investigación sobre procrastinación y publicada en la revista científica Fuentes reveló que el 95% de los participantes tienen niveles bajos a moderados de procrastinación, mientras que un 5% muestra niveles altos.
Lee en Cromos: “No hay nada que curar”: Marta Royo, directora ejecutiva de Profamilia
Sigue a Cromos en WhatsAppEl estudio realizado en un colegio de Bogotá con estudiantes de todos los cursos y liderado por la profesora Angélica Garzón Umerenkova, de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, también indicó que los motivos más comunes para procrastinar son el perfeccionismo, la ansiedad ante las evaluaciones y la búsqueda de entusiasmo.
“Se observó que la procrastinación aumenta en los últimos cursos, junto con la falta de energía y autocontrol. Además, los motivos para procrastinar varían según el género: los hombres tienden a procrastinar en busca de entusiasmo, mientras que las mujeres, especialmente en cursos superiores, lo hacen por falta de confianza y ansiedad ante las evaluaciones”, asegura la investigadora.
La procrastinación académica, es decir, la demora irracional y deliberada en completar las tareas escolares, es un problema común que puede afectar seriamente la salud, el rendimiento académico y el futuro de los estudiantes.
Esta conducta no solo perjudica a los jóvenes en su vida académica, sino que también puede tener consecuencias a largo plazo en su economía, salud y bienestar general.
Cinco claves para prevenir la procrastinación
Para ayudar a estudiantes, padres y profesores a combatir la procrastinación, hay que tener en cuenta las siguientes estrategias:
- Establecer rutinas y objetivos claros: Los estudiantes deben aprender a fijar horarios y rutinas diarias. Tener objetivos claros ayuda a mantenerse motivados y a perseverar ante las dificultades.
- Controlar creencias irracionales: Es esencial que los estudiantes trabajen en controlar el perfeccionismo y la ansiedad ante las evaluaciones. Fomentar una confianza saludable y expectativas realistas puede reducir la procrastinación.
- Involucramiento de padres y tutores: A medida que los jóvenes crecen, la participación de los padres en sus actividades escolares tiende a disminuir. Sin embargo, su apoyo sigue siendo crucial, especialmente en cursos superiores donde las tareas son más desafiantes.
- Escuchar y apoyar: Padres, tutores y orientadores deben ser una fuente de apoyo, escuchando las preocupaciones de los jóvenes y ayudándolos a reflexionar y establecer expectativas adecuadas, evitando críticas destructivas.
- Recordatorios y simulacros por parte de profesores: Es útil que los profesores recuerden a los estudiantes las fechas, criterios y métodos de calificación. Realizar simulacros de evaluaciones o dividir tareas en partes más manejables también puede ayudar, proporcionando retroalimentación parcial y continua.
Con estas estrategias, podemos trabajar juntos para reducir la procrastinación académica y apoyar a los jóvenes en su camino hacia el éxito académico y personal.