5 errores que no ayudan a tu hijo a empezar a hablar ¡Que no te pase a ti!

La primera vez que oímos a nuestros hijos decir “mamá”, “papá” o “tete” se marca en el calendario un momento inolvidable para todos los padres, además de ser todo un hito en su desarrollo.

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Tras esto, quisiéramos que aprendiera a hablar más rápido para escuchar sus ocurrencias. Sin embargo, este es un proceso evolutivo con tiempos diferentes en cada niño y es común que, en nuestro afán, cometamos algunos errores que no ayudan a tu hijo a hablar más o mejor.

La clave para ayudar a que los niños hablen es rodeándolos de palabras, de canciones, de cuentos y darles tiempo.

7 errores comunes que no ayudan a tu hijo a hablar

1. Darle a tu hijo lo que quiere antes de que lo pida: cuando ya está empezando a usar palabras y puede hacer peticiones sencillas como agua, tetero o juguete, podemos caer en el error de entregarle lo que desea antes de que lo diga. Como papás, que durante meses aprendimos a atender sus necesidades sin una sola palabra, ya sabemos a lo que se refieren antes de que lo digan, pero debemos esperar y animarlos a usar los nombres de los objetos que ya conocen, dándoles la oportunidad de esforzarse.
2. Compararlos con sus hermanos u otros niños: cada uno tiene su ritmo y llegado su momento también empezará a hablar (a no ser que exista algún trastorno). Sin embargo, si constantemente lo comparas y señalas sus “carencias” harás que aprender a hablar se convierta en una experiencia no agradable, ya que, aunque aún no hable, lo entiende todo y puedes estar hiriéndolo.
3. Ser los ventrílocuos o portavoces: no te anticipes a lo que tu hijo quiere decir, dale el tiempo que necesite para procesar la información y activar el mecanismo para hablar, sin hacerlo por ellos. Permítele pensar todo lo que sea necesario para que responda a las preguntas. Especialmente cuando interactúa con otras personas, si no le dejas hablar, pensará que no es importante, por lo que no solo afectamos su desarrollo lingüístico sino también su socialización.
4. Usar diminutivos o palabras inventadas para cosas que tienen otro nombre: podemos usar diminutivos o apelativos cariñosos para personas, mascotas, muñecos, etc. Pero también deberían saber su nombre “correcto”. Por más que los niños empezando a hablar corten las palabras, ya que les cuesta decir silabas muy complejas, nosotros sí debemos decirlas correctamente para que poco a poco aprendan a decirlas completas, de lo contrario retrasaremos su desarrollo.
5. Hacerlo repetir sus logros constantemente: si tu bebé logra dominar alguna frase o palabra, pedirle que la diga muchas veces, frente a cada persona que nos encontremos, puede ser contraproducente. Entendemos que sea un hito que nos alegra, pero llegará el punto en que se canse y se niegue a hacerlo de nuevo, lo que se convierte en un retroceso.

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Como cualquier otra habilidad humana, hablar requiere tiempo, cada niño tiene su propio ritmo. Ayúdalo a explorar su entorno con las palabras, viendo el efecto que tiene el habla en sus acciones y las de las personas que los rodean. Aprende a estimular de la mejor manera, sin detener sus avances y presionar innecesariamente.