5 errores que suelen cometerse a la hora de criar hijos
¡Ojalá los hijos vinieran con manual de instrucciones! Pero como no es así, estos son 5 de los errores más comunes que comentemos en la crianza.
Por Redacción Cromos
02 de septiembre de 2023
Una de las labores más exigentes en la vida de una persona es criar a un hijo. Por el camino nos iremos encontrando con más preguntas que respuestas, muchas dudas que se mezclan con certezas y consejos para intentar brindarle la mejor vida posible a los niños.
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Por la misma seriedad y responsabilidad de esta tarea, es normal que por el camino comentamos errores no intencionales, pero que pueden tener fuertes efectos en el futuro de nuestros hijos. Por esto, es algo a lo que debemos prestar gran atención.
Sigue a Cromos en WhatsAppErrores comunes que cometemos en la crianza de nuestros hijos
5 errores que suelen cometerse a la hora de criar hijos
Si bien errar es humano y todos los padres estamos constantemente cayendo en nuevas equivocaciones, debemos trabajar en evitar los errores “más agresivos”, por las consecuencias que pueden tener, y que suelen ser los que más se repiten.
Te contamos 5 de los errores más frecuentes para que aprendas a identificarlos y frenarlos en tu crianza.
1. ¿Permisivo o autoritario?
Estar brincando de un “estilo de papá” a otro es muy común, especialmente en los primeros años de nuestro primogénito. Es normal que constantemente nos estemos preguntando si estamos actuando de la mejor manera o no en la manera de criar a los niños.
Puede que un día seamos muy permisivos y a la mañana siguiente caigamos en exceso de autoridad, al sentir temor de pasarnos del límite en cualquiera de los dos extremos. En este caso debemos parar, evaluar y buscar el equilibrio.
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2. Sobreproteger
Buscar el cuidado y protección de nuestros hijos es positivo y completamente natura. El error llega cuando llevamos esto al extremo de la sobreprotección.
Cuando somos excesivamente protectores por todo y ante todo empezaremos a afectar el desarrollo de nuestros hijos. El no permitirles fallar o arriesgarse impedirá que creen su autonomía, convirtiéndolos en codependientes.
3. No charlar con los hijos
Entre el acelere del día a día, las tareas del hogar y atender todas las necesidades básicas de nuestros hijos puede que dejemos en segundo plano los espacios de diálogo y tiempo de calidad con los niños.
En muchos casos podemos llegar a dar por hecho que todo está bien porque suplimos comida, alimentación y vivienda, por lo tanto, asumimos que no existen motivos ni temas para intercambiar opiniones o escuchar qué les sucede.
Es increíble la cantidad de información que puedes obtener al crear un hábito de diálogo constante en tu hogar, para saber lo que pasa con tu hijo y en algunos casos poder reaccionar a alertas, como un posible caso de matoneo.
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4. Límites: el problema de los extremos
Vivimos en una época distinta, en donde van quedando relegadas frases como “Porque yo lo digo y punto”. Para tener una crianza y educación sanas hay que saber poner límites en nuestro hogar, que se basen en acuerdos entre papás e hijos.
Sin embargo, esta no es tarea fácil, lo común es poder caer en alguno de los extremos: reprimir en exceso o dejar sin ningún límite. En ambos casos, es un desequilibrio completamente negativo.
Actuar imponiendo una “sanción” sin evaluar el motivo es contraproducente. Reprimir de esta manera solo hará que tus hijos sientan la crianza como un retar constante, por lo que difícilmente lograrás que cambien la conducta que te disgusta.
En el caso opuesto, cuando los dejamos hacer lo que deseen, cuando deseen, como deseen, tampoco es positivo. Aunque muchos padres opten por permitir estas conductas hasta que se cansen y se duerman, esto no es educación y en el futuro le traerá grandes problemas de respeto por la autoridad y las reglas.
5. No respetar la privacidad
Un error muy común (relativamente reciente) es el de estar queriendo controlar todo, aunque esto implique invadir la privacidad de nuestros hijos. Nos sentimos con el derecho de revisar todo: celular, carpetas, muebles y redes sociales, si tienen la edad suficiente, imponiendo nuestra autoridad.
Sin embargo, imagina el caso opuesto, en el que tus hijos intenten abrir tu cartera o que quieran revisar la información de tu computador. Posiblemente esto terminaría en un castigo ya que es un límite que no se debe cruzar.
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Este respeto por la privacidad debe darse en los dos sentidos y en todos los ámbitos. Si desde la casa no damos una educación en torno a la importancia de lo privado, en el futuro podría traerle graves problemas.