La paternidad es una experiencia transformadora que implica asumir responsabilidades emocionales, económicas y educativas. Ser padre no solo se trata de proveer, sino de acompañar el crecimiento de los hijos, brindándoles apoyo y guía en cada etapa de sus vidas.
La paternidad moderna pone énfasis en la participación activa, compartiendo el cuidado y la crianza junto con la madre. Esto incluye desde cambiar pañales hasta asistir a eventos escolares y estar presente en momentos importantes.
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Además de lo mencionado, existen muchos mitos alrededor de la paternidad y los expertos se han encargado de erradicar varios de ellos. ¿Cuáles son? Acá te dejamos varios de estos.
La paternidad tiene una gran variedad de mitos que se deben erradicar.
Mitos falsos sobre la paternidad
El Dr. Carlos González Palacios, director del Colegio de Ciencias Sociales y Humanidades de CETYS Universidad Campus Mexicali, ha eliminado en el portal de dicha institución varios de estos mitos:
1. Los padres son reemplazables
Tanto el padre como la madre son figuras únicas e irremplazables en la vida de un niño. Cada uno ofrece una perspectiva distinta y complementaria, enriqueciendo así la experiencia de crianza.
Al igual que las piezas de un rompecabezas, ambos contribuyen a formar un todo más completo. Negar la importancia de una figura paterna sería como privar a un niño de una visión más amplia del mundo.
2. Los padres cuidan a sus hijos cuando pueden
Afirmar que el hombre “apoya” a la mujer en tareas domésticas es una visión anticuada y desigualitaria. El matrimonio y la paternidad deben basarse en la corresponsabilidad, donde ambos miembros de la pareja comparten por igual las responsabilidades del hogar y la crianza.
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Excepto por las tareas estrictamente biológicas, como la lactancia, todas las demás labores deben ser asumidas de manera equitativa.
3. Deben ser serios y poco afectivos
Durante mucho tiempo, la figura paterna se caracterizó por una expresión limitada de emociones, lo que no necesariamente reflejaba una ausencia de afecto, sino una dificultad para manifestarlo.
La exigencia actual de una mayor participación emocional en la paternidad ha generado una crisis en muchos hombres, quienes se sienten presionados a adoptar un rol que no les fue enseñado durante su propia crianza.
Este cambio requiere de un esfuerzo consciente y una transformación profunda en los modelos de masculinidad.
4. La forma de criar es hereditaria
Los seres humanos somos expertos en imitar lo que observamos. A menudo, nuestras acciones y creencias se moldean más por lo que vemos en nuestro entorno que por lo que nos dicen. Por lo tanto, la forma en que criamos a nuestros hijos está influenciada por las experiencias de nuestra propia crianza.
Sin embargo, esto no significa que estemos condenados a repetir los mismos patrones. La crianza es un proceso dinámico y adaptable, donde podemos aprender de nuestros errores y modificar nuestras prácticas para ofrecer a nuestros hijos un mejor futuro.
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5. Los roles del padre y la madre deben ser iguales
La crianza de los hijos es un proceso colaborativo que implica un diálogo constante entre padres y madres para encontrar un equilibrio en sus roles. Desafortunadamente, la sociedad actual nos bombardea con ideales de perfección y felicidad absoluta, lo cual puede generar una presión innecesaria y poco realista.
Al igual que los roles tradicionales de género resultan limitantes, la búsqueda de una paternidad o maternidad perfecta puede ser perjudicial. Es fundamental encontrar un equilibrio entre las expectativas sociales y las necesidades individuales de cada familia.