8 razones para prohibir y penalizar el matrimonio infantil en Colombia

La Comisión I del Senado aprobó en tercer debate el proyecto de Ley “Son niñas no esposas” que tiene como propósito eliminar el Matrimonio Infantil y las Uniones Tempranas Forzadas – MIUTF -, un hecho histórico porque es la primera vez que un proyecto en este sentido llega tan lejos en el trámite legislativo, y representa un paso hacia el fortalecimiento de la protección de la niñez en Colombia, por garantizar vidas libres de violencias.

Frente a esto, Marta Royo, como directora ejecutiva y representante de Profamilia, reconoce que:

1. Desde el 2007 se ha buscado un cambio en el Código Civil para que no se permita más el matrimonio infantil y ahora, después de ocho proyectos que en el pasado no lograron ni siquiera ser discutidos, podemos afirmar que finalmente se está logrando afianzar un compromiso de los congresistas con la protección y garantía de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
2. El MIUTF es una práctica que se ha naturalizado en diversos entornos sociales y culturales de Colombia, especialmente en las zonas rurales, que acarrea múltiples formas de violencia contra las niñas y niños, a raíz, entre otras, de relaciones donde hay ausencia del consentimiento y predomina el desbalance de poder, acentuando y reproduciendo los entornos de pobreza o vulnerabilidad.
3. Tan solo en los últimos tres años, la Superintendencia de Notariado y Registro calcula que se oficializaron más de 1.400 matrimonios en los cuales, una de las personas era menor de 18 años.
4. Debemos seguir avanzando, aún nos queda un debate para que el matrimonio infantil no se permita más en el país. Colombia está a punto de saldar una deuda histórica con los derechos de las niñas y adolescentes y entrar al grupo de países que ya han ajustado sus legislaciones y adoptado medidas para erradicar esta práctica nociva. De aprobarse este proyecto de Ley, el país contaría con una de las normas más completas que no solo modifican el Código Civil, sino que desarrolla políticas integrales orientadas a la prevención y atención, así como al acompañamiento en la construcción de proyectos de vida con el propósito de avanzar en la reducción de las brechas sociales, la transformación de patrones culturales y el fortalecimiento de los derechos a la educación y la salud de las niñas, niños y adolescentes.
5. Este cambio legal debe acompañarse de las acciones necesarias, por parte del Estado, la sociedad y la familia, que impulsen los cambios sociales que lleven a desnaturalizar estas prácticas, permitan empoderar a las niñas, niños y adolescentes sobre sus Derechos Sexuales y Reproductivos, y generen oportunidades para que puedan cumplir sus sueños y proyectos de vida de manera libre, digna y segura. En ese sentido presentamos nuestras recomendaciones a los y las congresistas, con base en la experiencia del proyecto Valiente de Profamilia que forma y acompaña a niñas, niños y adolescentes, sus comunidades y entornos, en el conocimiento de sus derechos y la construcción de sus proyectos de vida para impactar positivamente a sus comunidades.
6. Aplaudimos la rigurosidad técnica que permitió fortalecer el proyecto durante su discusión en tercer debate, ya que se incorporaron nuevos artículos y modificaciones al proyecto que contemplan protecciones especiales en materia patrimonial para las niñas y adolescentes en este tipo de uniones, así como adecuaciones jurídicas que blindan aún más el articulado y robustecimiento de las medidas de política pública.
7. Esperamos el compromiso del Congreso y de la sociedad civil para lograr la eliminación de esta práctica nociva y de esta manera contribuir a la materialización del interés superior de los niños, niñas y adolescentes, y de la primacía de sus derechos.
8. Profamilia seguirá acompañando, como lo ha hecho desde el primer momento, todos los esfuerzos necesarios para lograr la aprobación de este histórico proyecto de ley, por lo que reiteramos nuestra plena disposición para que el Congreso de la República pueda acceder a toda la información basada en evidencia y los datos que permitan fortalecer las discusiones, y a facilitar la participación y la voz activa de las niñas y adolescentes en este trámite legislativo, como ha sido nuestro propósito en estos 3 debates, en aras de hacer realidad su derecho a intervenir en las decisiones que tienen que ver sobre ellos y ellas.