La sonrisa de un niño no solo refleja felicidad, sino también salud y cuidado. Una de las etapas más importantes en la vida dental es el cambio de dientes de leche a permanentes, un proceso que comienza a marcarse entre los 6 y los 7 años. El odontólogo Jairo Quintana, experto en odontopediatría, subraya que este momento no solo representa un cambio físico, sino también una oportunidad para inculcar buenos hábitos de higiene bucal.
“Los dientes permanentes comienzan a evolucionar, a erupcionar, a partir de los 6 o 7 años. Esto depende de muchos factores coadyuvantes, como la fisiología del niño”, explica Quintana. Por ello, es esencial prestar atención a las señales que indican que los dientes permanentes están listos para salir, mientras se asegura un cuidado adecuado de los dientes de leche.
Sigue a Cromos en WhatsApp¿Cómo cuidar los dientes permanentes?
El proceso comienza con la caída de los primeros dientes de leche, generalmente los incisivos centrales inferiores, que son reemplazados por los permanentes. “Entre los 12 y los 14 años, la mayoría de los niños ya tienen su dentadura permanente completa”, añade el experto. Durante esta etapa, es fundamental fomentar buenos hábitos de cepillado, uso de hilo dental y visitas regulares al odontólogo.
Un error común, según Quintana, es subestimar la importancia de los dientes de leche. “No es que porque son de leche se me van a caer, los dientes los puedo dejar cariar o ensuciar. Ojo, porque un mal cuidado de un diente de leche en un futuro es el mal cuidado del diente permanente”, advierte. Este descuido puede derivar en problemas como caries, infecciones o malformaciones en los dientes permanentes.
Además de los cuidados diarios, el papel del odontopediatra es crucial. El especialista recomienda que los padres lleven a sus hijos al odontólogo desde la aparición de los primeros dientes de leche y continúen con controles regulares. De esta manera, se pueden detectar y prevenir problemas antes de que se agraven.
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De esta forma, el cambio de dientes de leche a permanentes es más que un proceso natural; es una oportunidad para cimentar hábitos de salud que acompañarán a los niños toda su vida. “Apenas terminen su dentición de leche y vayan a dentición definitiva, consulten al odontólogo para evaluar qué tratamiento debe continuar”, concluye Quintana.
Es importante recordar que una sonrisa saludable no solo abre puertas, sino que también asegura bienestar a largo plazo. Cuidar esta transición no es una opción, es una responsabilidad que deja huella en cada sonrisa.