En Latinoamérica, la tasa de cesáreas ronda el 40%.
Siempre lo decimos y no nos cansamos de reiteralo: el parto es una experiencia tan íntima, compleja y transformadora, que cada mamá la vive de una manera distinta. No hay una sola manera adecuada y, en parte, no hay lugar para absolutos porque pocas cosas son tan impredecibles como un embarazo. Ocurre con frecuencia que las mujeres sueñan con un camino muy natural, pero al final las cosas no se dan y no hay manera de prevenirlo. El parto es la primera experiencia que nos demuestra que la maternidad será una aventura en el que perderemos el control, en la que no podremos calcular todo milimétricamente como solíamos hacerlo.
A pesar de esta certeza, también es cierto que la ciencia ha comprobado que el parto natural tiene múltiples beneficios. Entre ellos está que los pulmones del bebé se presionan y esto permite que expulse el líquido amniótico y respire más fácilmente al nacer. Así mismo, la vía aérea y el tracto gastrointestinal del niño son invadidos por las bacterias de la vagina de la mamá, lo cual ayudará a que le den menos cólicos, a que coman mejor, a que su sistema inmune sea más fuerte.
Sigue a Cromos en WhatsAppEste tipo de nacimiento, además, favorece la lactancia, ya que las hormonas que se producen durante el expulsivo se encargan de anunciarles a las glándulas mamarias que pueden producir leche. Por otra parte, cuidar a un recién nacido sin haber pasado por esa cirugía mayor es muchísimo más cómodo y llevadero.
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A todas estas ventajas, se suma la que acaba de detectar un estudio publicado en la revista JAMA Network Open, el cual plantea que tener al primer hijo por cesárea podría reducir las probabilidades de volver a quedar embarazada.
Tras analizar 2.423 mujeres durante los tres años después de su primer parto, concluyeron que hay ciertas condiciones que dificultan un segundo embarazo: la edad de la madre, padecer sobrepeso u obesidad, haber pasado por un tratamiento de fertilidad y haber tenido a su primer hijo por cesárea.
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El estudio, no obstante, no explica en detalle porque una cesárea puede influir en la concepción, aunque sugiere que posiblemente se deba a un defecto que puede quedar en el área de la cicatriz, lo que afectaría la fertilidad y la implantación, algo que, de acuerdo con otro estudio, se ha encontrado en el 61% de las mujeres que tuvieron cesárea.
“En la medida en que las tasas de césareas realizadas en el mundo sigan en aumento, la habilidad de las mujeres paras concebir después de una cesárea tiene el potencial de afectar los patrones del parto para muchas familias, especialmente en los paíes en los que las tasas de cesáreas son más altas”, explica el estudio. En Latinoamérica, esa tasa ronda el 40% de los nacimientos (de acuerdo con un estudio publicado en el 2016 y citado en el libro Parir de Ibone Olza).