La depresión posparto es una realidad que afecta a muchas mujeres después de dar a luz, pero sigue siendo un tema rodeado de estigma y malentendidos. De acuerdo con un estudio publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al menos el 15 % de las madres en todo el mundo sufren de depresión posparto los primeros 4 meses siguientes a dar a luz.
Lilian María Moreno Charry es psicóloga, con una maestría en Educación desde la Diversidad y especialista en Gestión Humana. Actualmente, es docente de psicología en la Fundación Área Andina, seccional Pereira, y profesional en el programa de acompañamiento integral en la Universidad Tecnológica de Pereira. En conversación con Cromos explicó que la importancia de las cifras mostradas por la OPS no solo radica en la cantidad de mujeres que pueden padecer esta situación, sino como paralelo a esta realidad se desarrolla un estigma sobre cómo las madres reconocen y buscan tratamiento para esta condición, especialmente las primerizas.
Sigue a Cromos en WhatsApp“La sociedad ejerce un rol prioritario en el descubrimiento de esta nueva etapa, y en la constante lucha de suplir expectativas,” comenta la doctora. La idealización de la maternidad como un estado pleno y perfecto dificulta que las madres acepten y enfrenten los desafíos emocionales que pueden surgir tras el parto.
El problema, explica Lilian, es que la sociedad tiende a minimizar los sentimientos de tristeza, ansiedad y desesperanza que algunas madres experimentan. “Es común escuchar el término depresión posparto, pero no es igual de común la búsqueda de ayuda. Esto se debe a que estos sentimientos se normalizan y se naturalizan, reduciendo su importancia y alcance,” agrega. Este contexto social crea una barrera que impide que muchas mujeres busquen el apoyo que necesitan, perpetuando así un ciclo de sufrimiento en silencio.
¿Cómo inciden las redes sociales y las expectativas irreales en la depresión posparto?
Vivimos en una era donde las redes sociales moldean nuestra percepción de la realidad, y la maternidad no es una excepción. Lilian señala que las redes sociales juegan un papel crucial en cómo las nuevas madres perciben su rol, exacerbando la presión y la comparación. “El algoritmo de las redes sociales tiene un efecto de presión y expectativa muy alto en las dinámicas sociales y de proyección de vida, especialmente en la maternidad,” comenta.
Este fenómeno se intensifica cuando las mujeres ven a otras madres que parecen recuperarse rápidamente después del parto, retomando sus cuerpos, sus relaciones y sus carreras como si nada hubiera cambiado. “Probablemente esa sensación de no llegar al ritmo de otras, sumada a la falta de sueño, estado de ánimo irritable, y cambios en las dinámicas sociales, aumenta la intensidad de los sentimientos de estrés, culpa y desánimo con esta nueva realidad,” indica la especialista. Ante esta presión, es fundamental generar un filtro crítico hacia lo que se consume en redes, priorizando la salud mental y aceptando que cada madre tiene su propio proceso.
¿Cómo afecta el posparto a los hombres?
Aunque la depresión posparto se asocia principalmente con las madres, la doctora Lilian subraya que los padres o parejas también pueden experimentar síntomas similares. “Las parejas pueden llegar a presentar sintomatologías asociadas que respondan a los criterios de depresión posparto, aunque se asocian más con el cambio de rutina y la dinámica familiar que gira en torno al nuevo integrante de la familia,” explica.
La comunicación abierta y la cooperación son claves para mitigar este impacto. La doctora Lilian destaca la importancia de ver la designación de tareas como una corresponsabilidad y no como una simple ayuda. “Es necesario que desde el inicio se establezcan redes de apoyo y se trabaje en equipo para sobrellevar los sentimientos desagradables. Hablar y decir ‘necesito apoyo’ siempre será un elemento necesario,” añade. De esta manera, las parejas pueden fortalecer su relación y enfrentar juntos los retos que la maternidad trae consigo.
¿La depresión posparto se puede superar?
Experimentar la depresión posparto puede alterar la percepción que una mujer tiene de la maternidad, afectando no solo su relación con su hijo, sino también su bienestar general. “La depresión puede interferir en cómo la madre disfruta de su maternidad y cómo se proyecta en su futuro,” señala Moreno. Esta experiencia puede llevar a que algunas mujeres desarrollen apegos inseguros y relaciones de baja calidad con sus hijos, o que incluso pierdan la motivación para tener más hijos.
Sin embargo, la experta es optimista sobre la posibilidad de recuperar una visión positiva de la maternidad. “Es posible, pero requiere primero identificar que algo no está bien, y luego, buscar ayuda y priorizarse a sí misma,” explica. El reconocimiento temprano de los síntomas y la disposición a buscar apoyo son fundamentales para que las mujeres puedan sanar y redescubrir la alegría en su rol de madres.
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¿Cómo prevenir la depresión posparto?
Por último, Lilian nos explica que la prevención de la depresión posparto es posible a través de intervenciones durante el embarazo que se enfoquen en la preparación emocional. Ella aboga por la implementación de planes de prevención y promoción, destacando la importancia de educar a las futuras madres y padres sobre los desafíos que enfrentan.
“Estas formaciones perinatales y acompañamientos buscan que las mujeres encuentren elementos que las fortalezcan en su bienestar, pero también que establezcan planes en donde no se pierdan como mujeres y reconozcan la necesidad de cuidar del cuidador,” concluye.
De esta forma queda claro que la depresión posparto es un desafío real y significativo, pero con el apoyo adecuado, tanto las madres como sus parejas pueden superarlo. Es esencial romper el estigma, educar a la sociedad y brindar a las madres el apoyo que necesitan para disfrutar plenamente de su maternidad.