Cómo evitar accidentes en casa para niños, guía completa para padres
“Mamá, me caí y me raspé”, “Tienes fiebre y mucha tos, parece que estás resfriada”; eventos de este tipo se presentan con alguna frecuencia porque gripas, virus, cortadas, golpes, intoxicaciones, enfermedades y otros malestares acechan en cualquier hogar, razón suficiente para que te proveas de ciertos medicamentos y otros implementos imprescindibles que deben formar parte del botiquín de primeros auxilios familiar.
Por Sandra Aguja
07 de septiembre de 2020
Muchos niños pueden sufrir intoxicaciones por ingerir medicamentos accidentalmente y la mayoría de esos casos se pueden evitar.
Y es cierto que son de mucha ayuda en casos de emergencias o para el tratamiento de cualquier afección o enfermedad, pero como por los pasillos y rincones de tu casa anda suelto algún “loquillo” y travieso ser (o varios) o tantas tareas acumuladas muchas veces inducen a olvidos y a un desorden general, también pueden provocar contratiempos, algunos con consecuencias graves o fatales.
“Muchos niños pueden sufrir intoxicaciones por ingerir medicamentos accidentalmente y la mayoría de esos casos se pueden evitar si los padres o cuidadores se informan debidamente y toman las medidas necesarias”, comenta la pediatra de la Universidad Javeriana, Diana Salamanca.
Te puede interesar leer: Cómo calmar los berrinches o rabietas de los niños
De allí la importancia de destinar un lugar muy seguro para medicamentos, antisépticos, termómetros, tijeras y demás elementos básicos para cualquier urgencia. Ten presente que de las previsiones que tomes harás de tu casa un lugar más protegido y menos vulnerable ante imprevistos.
Sigue a Cromos en WhatsAppComo la cocina, el garaje o el baño no son las áreas más recomendables para dejar dichos implementos, cerciórate de encontrar un espacio único pero ideal y que cumpla con las recomendaciones para su preservación: que permanezca siempre limpio, a temperatura ambiente, donde no entre mucha luz ni haya humedad. Algunos medicamentos requieren otras condiciones específicas y es prudente que las sigas.
Evita que se mezclen con alimentos, ropa, productos tóxicos, de higiene personal o de aseo del hogar, entre otros. El estante elegido para ponerlos debe estar donde el “radar” de tus pequeños juguetones no lo localicen, a una altura prudencial pero de difícil acceso para ellos y, de ser posible, con un buen seguro. Una vez utilizados, vuélvelos a dejar en el lugar escogido.
Hayan sido formulados para ti, tus hijos u otros miembros de la familia, al adquirir medicamentos verifica que sea en una farmacia o establecimiento de confianza, que los productos estén sellados y lee siempre la posología, usos, contraindicaciones y advertencias.
“Fresca, no tienes que tomártelo cada 6 horas, cada 12 está bien”, por más buena voluntad que tengan quienes te hacen sugerencias similares, sigue al pie de la letra las indicaciones dadas por el especialista y tus niños o tú, sea el caso, se recuperarán más rápido de sus dolencias o enfermedades.
La razón la explica Natalia Rincón, médica cirujana y pediatra de la Universidad Nacional: “Todo medicamento tiene un tiempo definido en el que logra un nivel en sangre suficiente para tener efecto.
Si se aumenta la dosis en frecuencia o cantidad hay más probabilidad de efectos secundarios o adversos e incluso alcanzar un nivel tóxico nocivo para la salud.
En el caso contrario, darlos en una dosis inferior (disminuyendo la cantidad recetada o bajando el número de dosis por día) hace que no alcance el nivel terapéutico y no sirva, o que tenga periodos muy cortos en rango funcional, lo que puede generar fenómenos de resistencia, en el caso de las infecciones. Este principio aplica para toda formulación médica, en niños y adultos”.
Te puede interesar leer: Embarazo, obesidad y cerebro de tu bebé… ¿Cómo puede verse afectado?
Procura conservar las medicinas o productos adquiridos en las cajas, sobres o empaques originales y en los que se señale las fechas de su vencimiento.
De esta manera, habrá menos riesgo de equivocaciones al suministrarlos y, si se pasa del día estipulado, estarás más atenta para desecharlos a tiempo o, preferiblemente, llevarlos a sitios donde tienen contenedores destinados para tal fin o, incluso, a las empresas farmacéuticas que los han producido, donde les darán el uso indicado.
“La vez pasada mi hijo tenía casi los mismos síntomas y este remedio le sirvió”, pero quién sabe si en esta oportunidad le funcionará de nuevo. Ante tal incertidumbre, es mejor no jugar al doctor y consultar siempre al médico de confianza o, de ser necesario, ir a urgencias.
Nunca es recomendable autoformularse, sobre todo si a quien se le ha ordenado el medicamento tiene preexistencias, si es alérgico a alguno de sus componentes o sin saber qué efectos secundarios pueden presentarse.
Lo mismo ocurre en caso de que estés embarazada, pues durante el periodo de gestación y la lactancia ciertos fármacos pueden afectarte a ti o al bebé, ocasionando partos prematuros, deficiencias en su desarrollo, bajo peso y hasta la muerte.
Te invitamos a leer: ¿A qué edad los niños deben usar mascarilla?
No puedes cantar victoria y afirmar ciento por ciento que en tu casa no habrá percances que tengan que ver con los medicamentos, pero al tener en cuenta las recomendaciones señaladas evitarás al máximo confusiones, intoxicaciones, sobredosis y otros accidentes, especialmente por la presencia de tus pequeños hijos.
Por eso la doctora Salamanca resalta que “las medidas de seguridad son imprescindibles para que los niños no tengan acceso a medicamentos que puedan ingerir y resulten peligrosos para su salud.
Deben mantenerse fuera de su alcance, en armarios altos y cerrados con llave, los adultos no deben ingerirlos delante de los niños. Además, no deben guardarse en recipientes de alimentos, tipo botellas o cajas de galletas”.