Los niños y las emociones: ¿Cómo explicarlas sin tropezarse en el intento?
Como lo has leído y experimentado, las emociones forman parte de nosotros y no podemos separarnos de ellas. Su función es vital para la adaptación y la supervivencia. ¿Cómo explicarlas a los más pequeños de la casa?
Por Redacción Cromos
06 de enero de 2023
Identificarlas, comprenderlas y aprender a manejarlas permitirá que logremos el bienestar necesario para el día a día; además, que hacerlo te permitirá trabajar en tu inteligencia emocional.
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El ideal es que desde la niñez aprendamos a identificar nuestras emociones para comprendernos a nosotros mismos. Así que explicarles a los niños o niñas sobre estas será esencial para lograr regularlas sin evitarlas o exagerarlas.
Sigue a Cromos en WhatsApp¿Qué beneficios se obtienen cuando se explican las emociones?
Expertos del Método rubio y de Eres mamá consideran que:
- Permite el desarrollo del autoconcepto. El niño puede conocerse a sí mismo, aceptar sus estados emocionales y comprenderlos como válidos y respetables.
- Se aumenta la percepción de control sobre sí mismo y adquiere seguridad y confianza.
- Es muy importante para su desarrollo social.
- Disminuye los comportamientos agresivos en el jardín o colegio.
- Reduce las posibilidades de consumo de sustancias adictivas, como alcohol y tabaco.
- Minimiza el porcentaje de conductas antisociales, autodestructivas y evita los graves daños ocasionados por ellas.
¿Qué explicarles?
Se debe comenzar por las básicas, porque son las más fáciles de comprender y son la base para los demás estados emocionales. Lina Medina, neuropsicóloga, comparte una descripción para expresarla con los niños y niñas:
- Sorpresa: es la sensación de asombro. Te ayudará a comprender cosas nuevas y te motivará a buscar respuestas y soluciones.
- Ira: es esa rabia o enojo que experimentas cuando no obtienes lo que deseas. Si no eres capaz de controlarla, en unos años más adelante podrías enfrentar problemas de conducta.
- Miedo: se trata de la inseguridad que sientes ante peligros imaginarios o reales. Te genera comportamientos positivos porque te motiva a actuar con precaución, pero si no se maneja adecuadamente puede convertirse en un temor excesivo.
- Asco: es el desagrado que sientes hacia algo o alguien. Es normal si tienes desagrado hacia algún alimento, aroma o lugar.
- Tristeza: es lo que sientes cuando te duele haber perdido algún juguete o mascota, o cuando quieres llorar por algo que te sucedió.
- Alegría: es un sentimiento de placer ocasionado por algo bueno que te pasó, por eso te puedes sentir con ganas de brindar abrazos y agradecimiento a los demás.
¿Cómo hacerlo?
- Aprovecha situaciones reales y explícale al niño o niña su emoción y ayúdalo a aceptarla, ponle el nombre correcto a su emoción y dile que es normal sentirse así. Deja que se relaje y que hable de lo que siente.
- Utiliza juegos con tarjetas para identificar las emociones.
- Utiliza cuentos, música, películas, series de dibujos, entre otros, e identifica con él las emociones de las que se hablan o las que se ven.
- Regálale un diario donde pueda anotar o dibujar sus emociones.
- Defínela y explica en qué momentos aparece. Por ejemplo: el miedo surge cuando creemos que algo es peligroso, la tristeza cuando perdemos algo valioso y la ira cuando las cosas no salen como queremos.
- Muestra la expresión emocional correspondiente. Puedes imprimir diferentes caras que muestren las expresiones faciales asociadas (como el ceño fruncido en la ira o la amplia sonrisa en la alegría), pero también explícale qué solemos hacer ante estas emociones (por ejemplo: gritar de enfado, llorar de tristeza o huir del peligro).
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