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¡Qué dolor de cabeza mamá! Sugerencias para evitarlo

No son exclusivos de adolescentes y adultos. A los niños también les da dolor de cabeza y no son sucesos esporádicos; se estima que más del 75% de quienes se encuentran en edad escolar presentan algún evento de cefalea, y aunque la mayoría de casos no son de gravedad, sí requieren de la atención de sus cuidadores.

Por Sandra Aguja
14 de septiembre de 2020
Niño enfermo en cama
Fotografía por: pixabay
Niño enfermo en cama con un termómetro en la boca.

Niño enfermo en cama con un termómetro en la boca.

Fotografía por: pixabay

Hay diversos tipos de dolores de cabeza, pero dos son los más comunes en pequeños. La cefalea por tensión, cuyos síntomas pueden ser dolencia suave pero constante y molesta, cansancio, sensación de presión que rodea su zona alta, dolor focalizado en la frente o a ambos costados de la cabeza y, posiblemente, en el cuello.

El otro es la migraña, también frecuente y caracterizada por ser pulsátil, como si estuvieran martillando en un lado de la cabeza o en los dos. Su sintomatología puede incluir dolor abdominal, mareos, náuseas, vómito, fatiga, sensibilidad a sonidos y a la luz, alteraciones en el temperamento y auras.

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Resfriados, virus, traumas, afecciones dentales, dificultades visuales y de oídos, lesiones, deshidratación, predisposición genética, uso indiscriminado de medicamentos, tumores, estrés, depresión, malos hábitos alimentarios y de sueño, cansancio, mucho tiempo bajo el sol, en fin… Como puedes percibir, son muchas las causales físicas, emocionales y ambientales por las que un niño puede sufrir dolores de cabeza.

Sin embargo, es importante que sepas que en la gran mayoría de casos no se requiere atención médica y pasarán al poco tiempo. Pero si son frecuentes es probable que, además de su salud, afecten también el rendimiento escolar y su comportamiento y generen estados de depresión, por lo que será indispensable la consulta con el pediatra. También acude al especialista si ocurren después de un golpe o lo despiertan mientras duerme.

“Si además de la cefalea hay rigidez en la nuca, una pupila más grande que la otra, vómito permanente e incontrolable, alteración en la marcha o pérdida de motricidad, equilibrio y alteración en el lenguaje con dificultad para la vocalización, son signos neurológicos que obligan ir a un servicio de urgencias”, manifiesta el pediatra neonatólogo Enrique Bolívar Tafur.

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En cualquier caso y para facilitar el diagnóstico y posterior tratamiento, es recomendable que mantengas un diario de dolores de cabeza de tu hijo. En él señala cuándo ocurrieron los eventos con fecha y hora, cuánto duraron, la sintomatología, cómo se aliviaron o se profundizaron, las reacciones al ingerir medicamentos y los probables desencadenantes: algún alimento, preocupación por un examen, mucho tiempo frente al computador o celular, etc.

Como toda mamá preocupada ante cualquier adversidad que tenga su hijo, querrás que se mejore pronto, pero lo ideal es que no le des medicamentos no formulados por un pediatra, así sean de venta libre. “En caso de alguna señal o malestar que anticipe el inicio de una enfermedad, que curse además con cefalea, fiebre o malestar general, pero sin ningún signo neurológico, se recomienda darle acetaminofén en presentación infantil”, aclara el doctor Bolívar.

Si sientes la necesidad de recurrir a un medicamento para aliviar su dolor de cabeza, asegúrate de leer bien la etiqueta del mismo para enterarte de cuáles son la dosis y periodicidad indicadas para él, de acuerdo con su edad y peso. Pero antes ensaya otras alternativas como llevarlo a un cuarto tranquilo y oscuro para que descanse bien y se relaje, un buen baño con agua tibia, uso de termo almohadas o pañitos de agua fría y masajes leves en las zonas de dolor.

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Muchos de estos dolores pueden evitarse con medidas encaminadas a implementar hábitos que redunden en una buena salud de tu pequeño, entre ellos: alimentación sana y equilibrada, beber entre 4 y 8 vasos de agua diarios, hacer ejercicio o practicar actividades deportivas, artísticas o lúdicas, dormir bien durante la noche y ocho horas como mínimo, destinar espacios y momentos para el sano esparcimiento y no ingerir bebidas que contengan cafeína o comidas que ocasionen los dolores.

Controlarle el uso excesivo de aparatos tecnológicos como computadores, celulares, televisores o equipos de audio a alto volumen y estar atenta para impedir que tenga contacto con los alimentos, implementos, actividades o condiciones ambientales que han sido causantes de sus dolores, también ayudará a prevenirlos o a disminuir su frecuencia. Sin embargo, si estos persisten nunca está demás consultar al médico.

Por Sandra Aguja

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