El fuerte susto que vivió presentadora de ‘Día a Día’ por su hija: “Solo lloraba”

Día a Día, el programa matutino de Caracol Televisión, es uno de los espacios más queridos por los televidentes colombianos. Conducido por un equipo de presentadores carismáticos, ofrece una mezcla de entretenimiento, información y consejos útiles para toda la familia.

Desde recetas de cocina hasta entrevistas exclusivas con figuras del entretenimiento, Día a Día se ha convertido en un acompañante fiel en las mañanas de los hogares. Además, el programa aborda temas de actualidad, salud y bienestar, manteniendo siempre un ambiente cálido y cercano.

Una de las presentadoras del programa es Sandra Posada, quien trabaja como corresponsal en Antioquia y la cual, hace poco contó que vivió un gran susto con su hija y tuvo que llevarla corriendo a urgencias. ¿Qué pasó?

¿Qué le pasó a Sandra Posada de ‘Día a Día’?

La presentadora relató uno de los momentos más difíciles que enfrentó en mayo pasado con su hija Juliana, quien padeció las consecuencias de una otitis que no fue tratada adecuadamente.

“Yo llamé al médico y le dije lo que ella estaba sintiendo y me dijo: ‘Váyase ya para urgencias y que hospitalicen a Julieta y yo no lo podía creer’”, afirmó Posada.

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“Le hicieron una radiografía y se dieron cuenta que una otitis que ella tuvo se convirtió en una otomastoiditis, es la complicación más difícil que pueda tener una persona en el oído”, añadió.

El momento más difícil para Posada fue cuando le informaron que debían perforar el oído derecho de su hija; tomar esa decisión fue el más grande desafío de su vida.

“El cuello de mi hija tenía una rigidez y no podía moverse. Entonces el procedimiento que le hicieron fue ayudarle a que la materia saliera por el oído y no por el cerebro. Recuerdo que cuando le hicieron esa operación a mi hija, le cogí la mano y ella temblaba”, relató Sandra.

La conductora del programa Día a Día compartió su angustia ante la penosa experiencia vivida por su hija. Durante el procedimiento de perforación de oídos, los gritos de su hija incrementaron su preocupación y tristeza.

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“Deseaba que mi hija no sintiera nada, y el momento fue realmente intenso. Tras el procedimiento, salí de sala de cirugía y me tiré al piso a llorar como una niña pequeña. Observaba la situación con desesperanza, viendo el dolor de mi hija y preguntándome cómo podría aliviar su sufrimiento”, afirmó.

Por fortuna, 24 horas después del procedimiento, la hija de Posada pudo mover el cuello. A pesar de que la intervención resultó exitosa, será necesario que la niña continúe con chequeos médicos regulares para supervisar su progreso y garantizar una recuperación total.