Como todos los procesos relacionados con la maternidad, la lactancia es una gran experiencia pero es exigente, particularmente para algunas madres con problemas como pezones invertidos o baja producción de leche. Las cosas pueden no arrancar tan bien, pero son susceptibles de mejorar. No siempre la succión es automática en los bebés recién nacidos. Pero, rápidamente, aprende y es posible alimentar de manera completa a un niño con leche materna los primeros 6 meses de vida.
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Para algunas mujeres, la producción de leche llega a producir fiebre y si el bebé no consume rápidamente la que se acumula en los senos, pueden producirse infecciones. No obstante, una buena asesoría y seguir las indicaciones del pediatra desde el primer momento ayudan a que rápidamente madre e hijo se acoplen a la nueva actividad.
Amamantar es una forma espontánea de crear un vínculo entre madre e hijo. Esto no significa que aquellas madres que no pueden dar pecho tengan problemas para relacionarse con su bebé.
Lactar tiene además, muchas ventajas para la mamá, entre ellas la pérdida rápida de peso. Es importante que se consuman de dos a tres litros de agua diarios.
Algunas mamás no tienen suficiente leche, esto las angustia y esa tensión inhibe la producción natural de leche y entonces se genera un círculo vicioso. Por esto, es importante apoyarlas y permitir que el bebé tome todo lo que considere necesario, así se normaliza la producción de acuerdo con la demanda. Poco a poco, el dolor en los pezones pasa, la leche baja sin problemas y las mamás descubren que amamantar es saludable, placentero e incluso barato.
Es precisamente por la relación estrecha entre la alimentación de madre e hijo que las mujeres en este periodo deben cuidar su alimentación tanto como en el embarazo. No solo no consumir alcohol, picante sino que los alimentos que producen gases como el brócoli o los fríjoles se deben sacar de la dieta. Con una alimentación balanceada y especial, ayuda a disminuir las molestias digestivas del bebé y los gases.
La leche materna es lo ideal para el bebé. Secarse la leche por temor al dolor o a la caída de los senos es un error. Una buena posición a la hora de amamantar evita ambas cosas. Lo cierto es que si usted, por razones médicas, no puede hacerlo, hoy existen opciones que reemplazan este alimento, no por eso quiere menos a su bebé. Pero si puede, escoja la lactancia completa. Es una gran solución.
El cuidado de los pezones adoloridos
Si notas molestias o grietas en los pezones es señal de que hay que mejorar la colocación del bebé al pecho. Además ten en cuenta:
1. Al ducharte lava el pecho solo con agua, evita jabones, alcohol y otros productos que puedan resecar la piel.
2. En caso de grietas, no uses cremas. Lo mejor es aplicar unas gotas de tu propia leche sobre el pezón y la areola después de las tomas y dejar que los pezones se sequen al aire.
3. El uso de pezoneras de silicona no es recomendable, pues confunden la succión del bebé y actúan como barrera, de forma que el pecho de la madre no recibe suficiente estímulo.
Mitos & verdades
- La aguapanela estimula la producción de leche. Falso, es suficiente tomar agua. No hace falta consumir tantas calorías y más aún si se ganó mucho peso en el embarazo.
- El agua de anís estimula la producción de leche. Cierto, sirve para reducir los gases en el bebé pero no aumenta la producción.
- Amamantar adelgaza. Cierto, Las mujeres con pezones invertidos no pueden amamantar. Falso. Además existen pezoneras que ayudan a estimular la salida del pezón.
- Amamantar evita un nuevo embarazo. Cierto, pero hay un 10% de incerteza en este método. Además debe ser una lactancia completa y permanente.
Cuándo no amamantar
- La regla principal es que cuando la madre sufre alguna enfermedad que se transmite a través de la leche no puede amamantar. Es el caso del VIH o sida. Enfermedades del riñón, enfermedades cardiovasculares, anemia severa o infecciones graves como tuberculosis.
- Cuando tiene una enfermedad crónica y los medicamentos que está obligada a consumir se concentran en la leche como drogas antitiroides, contra el cáncer y antihipertensivas, los medicamentos antidepresivos, o los sedantes tampoco es recomendable que amamante.
- Hay cirugías de pecho como la mastectomía o la cirugías estéticas de reducción en las que se han cortado los conductos y por ende la madre no puede amamantar.
- Sobra agregar que las drogas (cocaína, heroína y otras sintéticas) y el alcohol están absolutamente proscritos en tiempo de lactancia pues todo se transmite al bebé a través de la leche.
Las diez claves de la lactancia materna según La Liga de la Leche
1. Amamanta pronto, cuanto antes mejor. La mayoría de los bebés están dispuestos a mamar durante la primera hora después del parto, cuando el instinto de succión es muy intenso. Amamantar precozmente facilita la correcta colocación al pecho.
2. Ofrece el pecho a menudo día y noche. Hazte a la idea de que pasarás mucho tiempo amamantando a tu bebé durante estas primeras semanas. Un recién nacido normalmente mama entre 8 y 12 veces en 24 horas. No mires el reloj y dale el pecho cada vez que busque o llore, sin esperar a que “le toque”. Así establecerás un buen suministro de leche.
3. Asegúrate de que el bebé succiona eficazmente y en la postura correcta.
4. Permite que el bebé mame del primer pecho todo lo que desee, hasta que lo suelte. Después ofrécele el otro. Unas veces lo querrá, otras no. Así el bebé tomará la leche que se produce al final de la toma, rica en grasa y calorías, y se sentirá satisfecho.
5. Cuanto más mama el bebé, más leche produce la madre. Es importante respetar el equilibrio natural y dejar que el bebé marque las pautas, mamando cuando quiera. No es necesario sentir el pecho lleno; la leche se produce principalmente durante la toma gracias a la succión del bebé.
6. Evita los biberones “de ayuda” y de suero glucosado. La leche artificial y el suero llenan al bebé y minan su interés por mamar, entonces el bebé succiona menos y la madre produce menos leche.
7. Evita el chupete, al menos durante las primeras semanas, hasta que la lactancia esté bien establecida. Un recién nacido ha de aprender bien cómo mamar del pecho, y tetillas artificiales como el biberón o el chupete pueden dificultar este aprendizaje.
8. Recuerda que un bebé también mama por razones diferentes al hambre, como por necesidad de succión o de consuelo. Ofrecerle el pecho es la forma más rápida de calmar a tu bebé.
9. Cuídate. Necesitas encontrar momentos de descanso y centrar tu atención más en el bebé que en otras tareas. Solicita ayuda de los tuyos.
10. Busca apoyo. Tu grupo local de La Liga de la Leche tiene la información y el apoyo que toda madre lactante necesita.
Foto: iStock.