La llegada de un bebé al hogar viene con mucha alegría y amor, sumado a las dudas y el temor por no saber si estamos haciendo todo de la mejor manera. Como papás primerizos, en muchas ocasiones, nos llenamos de tantos consejos y sugerencias, que nos saturan sin saber lo que realmente es mejor.
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Durante las primeras semanas con tu bebé pasarás por un periodo de prueba y error mientras vas entendiendo las novedades de ser mamá o papá y vas aprendiendo a manejar este nuevo rol.
Errores comunes de los papás primerizos
Los 7 errores más comunes de los papás primerizos y cómo evitarlos
Para hacerte un poco más fácil este tiempo de cambios, te traemos los 7 errores más comunes que cometen los papás primerizos y cómo puedes evitarlos.
1. Esperar que el bebé se adapte a la anterior rutina del hogar
Cuando recién nos estrenamos como padres comentemos el error de añorar el momento en que el bebé logre adaptarse a la rutina que nosotros ya teníamos establecida anteriormente. Siendo completamente realistas, la llegada de un hijo viene a poner nuestro mundo de cabeza, incluyendo las rutinas.
Es cierto que hay muchas cosas que tendremos que seguir haciendo normalmente, ya que la vida no se detiene, es clave entender que el bebé no debe adaptarse a nuestra rutina, sino nosotros a la suya.
Durante los primeros meses, es importante que seas flexibles y acomodes tus actividades al nuevo ritmo de vida familiar, de modo que cubrir las necesidades de tu bebé sea la principal prioridad.
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2. No controlar las visitas
En este punto las opiniones son divididas; muchas personas aman las visitas en el postparto, para conocer al bebé en sus primeros días, mientras otro grupo prefiere evitarlas a toda costa, mientras pasa el periodo de cuarentena (40 días después del nacimiento).
En cualquiera de los dos casos, la clave es que tú tengas el control de las visitas, para que sepas exactamente quién estará cerca a tu bebé y en qué momentos, además de poder identificar si alguna persona ha estado enferma, para evitar riesgos.
Si decides que deseas tener visitas, establece horarios en los que tanto tú como tu bebé se sientan cómodos para recibirlas. Si decides no tenerlas, explícales a tus allegados que prefieren tener privacidad por el momento y proponles una fecha para que los visiten más adelante.
Aunque muchas personas tengan ansias de conocer al bebé, la comodidad y tranquilidad de la mamá y el bebé siempre debe estar primero, por lo que no debes sentir ningún tipo de obligación o culpa por decir “No”.
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3. Abrigarlos en exceso
Este es uno de los errores más frecuentes en todos los padres: nosotros sentimos frío y creemos que nuestros hijos necesitan otras 2 o 3 capas de ropa, pero no es así.
Es muy común la confusión en los padres primerizos ya que los recién nacidos tienen un sistema de termorregulación que aún no funciona muy bien. Sin embargo, no por esto debemos abrigarlos como si fueran a entrar a un congelador.
Los bebés deberían llevar solo una capa más de ropa que la que llevamos los adultos, mientras que los niños que ya caminen deben ir abrigados igual que nosotros. La recomendación es vestirlos con “capas” que sean fáciles de retirar o poner, dependiendo de la temperatura externa.
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4. Bañarlos todos los días
Este es el claro ejemplo de los errores que cometemos por pensar que nuestro bebé tiene las mismas necesidades que nosotros. Un bebé no se ensucia ni suda de la misma manera que una persona adulta, por lo tanto, no es necesario (ni recomendable) bañarlo con la misma frecuencia.
Los doctores afirman que no es aconsejable bañar al bebé a diario ya que su piel es más sensible y delicada. Además, estaríamos removiendo una delgada capa protectora que su cuerpo va creando de forma natural, que protege su organismo contra influencias ambientales, gérmenes y bacterias.
¡Importante! Aunque no debemos bañar a nuestro bebé a diario, sí hay partes del cuerpo que debemos limpiar con frecuencia: la zona del pañal, la zona del cuello y las partes de su cuerpo donde haya pliegues, como axilas e ingle.
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5. Llevar al bebé a sitios concurridos
No es obligatorio que los bebés permanezcan en un lugar de silencio absoluto para su desarrollo sano, pero al estar en el periodo de adaptación en el mundo fuera de la barriga, lo mejor es que permanezca en un ambiente de tranquilidad.
Más adelante tendrán mucho tiempo para conocer y enseñarle a ser sociable, pero durante los primeros meses lo más recomendado es evitar las salidas a lugares concurridos.
Además, su sistema inmunológico puede no estar completamente desarrollado, por lo que es más vulnerable a gérmenes y bacterias. Inicialmente, las visitas en casa son suficientes, siguiendo las recomendaciones sobre el contacto con bebés pequeñitos, como lavarse las manos antes de tocarlo y no permitir que le den besos.
6. No sacarlo nunca de casa
En el caso opuesto al anterior, hay familias que deciden ir al extremo y no sacar al bebé al mundo exterior, por temor de todo lo que podría pasarle al tener contacto con cualquier riesgo afuera. Pero los extremos tampoco son buenos y, en realidad, podemos sacar al bebé desde el primer día.
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Una de las mejores formas es empezar a tomar un paseo diario, lo que traerá beneficios para todos: el bebé recibe luz del sol, necesaria para la síntesis de vitamina D, mientras que la mamá retoma paulatinamente la actividad física y se despeja un poco de la rutina en casa.
7. No cargarlo mucho tiempo en brazos
Un error que sucede en la gran mayoría de familias es apegarse a la creencia de que es malo cargar mucho tiempo en brazos a nuestros bebés. Muchos papás primerizos se ven influenciados por el famoso “no lo cargues tanto, que se acostumbra”, frase que se debería empezar a erradicar.
Los brazos son una necesidad básica del bebé, para sentirse seguro y tranquilo, por lo tanto, no deberíamos negársela. Cuando menos te des cuenta tu bebé habrá crecido y ya no podrás cargarlo más. Tu hijo será pequeño sólo una vez. Disfrútalo todo el tiempo posible.