Niños con mal comportamiento: ¿cuándo pedir ayuda? Psicóloga da la respuesta

El mal comportamiento en los niños es una preocupación común entre los padres, y saber cómo actuar ante este tipo de situaciones es clave para su desarrollo emocional. Pero, ¿cómo saber si lo que estamos viendo es parte de un proceso natural o algo que requiere atención profesional?

Conversamos con la doctora Lilian María Moreno Charry, psicóloga con una maestría en Educación desde la Diversidad y especialista en Gestión Humana, quien nos dio algunas luces sobre este tema.

Causas comunes del mal comportamiento infantil

Para entender el mal comportamiento en los niños, es crucial conocer las causas subyacentes. Según Moreno Charry, es fundamental entender que el comportamiento infantil está influenciado por diversos factores que interactúan entre sí. “Pensar en las causas del comportamiento de los niños es tener en cuenta que es tener en cuenta diferentes elementos que conforman un sistema. Debemos contemplar las rutinas, límites y estructuras familiares, también como es nuestro comportamiento como adultos de referencia en situaciones similares o de niveles altos de estrés”.

Además, la psicóloga señala que problemas como el estrés familiar, cambios importantes en la vida (como mudanzas o divorcios), o dificultades en la escuela, pueden generar cambios en la conducta. Para identificar estos factores a tiempo, es crucial observar de cerca el comportamiento del niño y mantener una comunicación abierta. “Debemos establecer espacios de comunicación, pero sobre todo de escucha activa, estar abiertos a hablar de aquello que sienten, de lo que les molesta, de lo que hacen y por qué lo hacen”.

Conocer bien a nuestros hijos permite detectar cambios significativos en su conducta y tomar medidas preventivas antes de que los problemas se agraven.

Manejo de rabietas y mal comportamiento

Una vez que se identifican las causas, el siguiente paso es manejar los episodios de mal comportamiento de manera efectiva. Los berrinches o pataletas son situaciones comunes en la infancia, pero saber cómo manejarlos es esencial para evitar un deterioro en la relación familiar. La experta señala que estos momentos son desbordes emocionales que los niños no saben cómo manejar. “Es importante reconocer mi respuesta y mi manejo a estos momentos. La forma en que mantengo la calma y la paciencia, así como la consistencia en mis actos, me ayudan a establecer la regla”.

Para reconectar con los niños durante estas crisis, es útil brindarles alternativas y permitirles expresar sus emociones. “En ocasiones, funciona el tiempo de pausa y dejarlo expresar su emoción. Cuando el niño muestre señales de necesitar al adulto, acudir a su llamado”.

Este enfoque ayuda a modelar un manejo adecuado de las emociones y muestra cómo resolver problemas de manera constructiva, anticipando situaciones que puedan generar frustración en los niños.

La influencia del entorno familiar

El entorno familiar juega un papel crucial en el comportamiento infantil. En este sentido, Moreno enfatiza que “la influencia del entorno familiar en el comportamiento de los niños es absoluta”. Los niños aprenden de los adultos a su alrededor, y su respuesta emocional está influenciada por cómo los adultos manejan el estrés y los conflictos.

Para fomentar conductas positivas, es fundamental establecer rutinas claras y consistentes: “Establecer rutinas y hábitos será el primer paso porque le ayuda a entender, prever situaciones y saber que es alcanzable y posible”.

Además, la psicóloga destaca la importancia de crear un ambiente donde se puedan expresar sentimientos, pensamientos y preocupaciones sin miedo: “comunicarnos abiertamente de aquello que nos molesta, pensamos y sentimos, de cómo es posible resolver una situación y cómo lo hacemos como equipo (familia) es brindar apoyo en la construcción de ese conocimiento y de esta gestión emocional”. Crear un espacio seguro para los niños en el hogar les proporciona el soporte emocional necesario para enfrentar las dificultades que se presenten.

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¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Finalmente, cuando el mal comportamiento persiste a pesar de los esfuerzos de los padres, o si afecta negativamente aspectos clave de la vida del niño, es momento de buscar ayuda profesional. La doctora Lilian explica que es fundamental estar atentos a ciertas señales de alerta: “si el comportamiento afecta negativamente el rendimiento escolar, las relaciones con sus pares o la vida familiar (...) Si el niño muestra signos de ansiedad, depresión o comportamiento autodestructivo o de agresión a otros (...) O si encontramos dificultades persistentes para hacer amigos o mantener relaciones”.

La intervención profesional puede proporcionar estrategias adicionales para manejar estos comportamientos y asegurar que el niño reciba el apoyo necesario para su desarrollo saludable.