Los granitos en la cara de los bebés son una preocupación común entre los padres, pero generalmente no son motivo de alarma. Aquí exploramos las posibles causas y qué medidas puedes tomar para tratarlos.
¿Por qué mi bebé tiene granitos en la cara?
Una de las causas más comunes es el acné neonatal, que afecta a muchos recién nacidos. Estos pequeños granitos rojos o blancos suelen aparecer en la frente, las mejillas y la barbilla, y están relacionados con el paso de hormonas maternas al bebé a través de la placenta. Aunque puede parecer alarmante, el acné neonatal no requiere tratamiento específico y desaparece por sí solo en unas semanas.
Sigue a Cromos en WhatsAppOtra causa común es la dermatitis seborreica, también conocida como costra láctea. Esta condición se manifiesta con escamas amarillas y puede causar granitos en la cara del bebé. Generalmente desaparece sin tratamiento en unas semanas.
Por otro lado, el eczema puede presentarse en bebés con antecedentes familiares de alergias o asma, provocando granitos rojos y picazón. Es importante mantener la piel hidratada y consultar al pediatra para recibir orientación específica.
La sudamina es otra causa que ocurre cuando las glándulas sudoríparas del bebé se obstruyen, resultando en pequeños granitos rojos, especialmente en climas cálidos. Para prevenirla, es fundamental vestir al bebé con ropa ligera y transpirable, y mantener su piel seca.
Finalmente está la milia, que son pequeños bultos blancos causados por la acumulación de aceite y células muertas en los poros de la piel del bebé. Aunque pueden parecer preocupantes, la milia no es un problema grave y suele desaparecer por sí sola en unas semanas.
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¿Qué hacer si mi bebé tiene granitos en la cara?
Para tratar los granitos en la cara de tu bebé, es esencial mantener la piel limpia utilizando agua tibia y un jabón suave. Evita productos con fragancias y colorantes que puedan irritar la piel. También puedes vestir a tu bebé con ropa de algodón y evita la acumulación de sudor que puede obstruir los poros.
Además, no uses productos grasos o aceitosos en la piel del bebé y evita la tentación de exprimir los granitos, ya que esto puede causar infecciones o cicatrices.
Si los granitos persisten o empeoran, es importante consultar con el pediatra. El médico puede recomendar un tratamiento adecuado o referir al bebé a un dermatólogo si es necesario.
*Contenido generado con asistencia de la IA.