“Pórtate bien” es una frase común que muchos padres de familia usan hacia sus hijos sin pensarlo dos veces. Se dice casi de manera automática cuando un niño parece salir de lo que consideramos “buen comportamiento”. Sin embargo, estudios recientes en psicología infantil han demostrado que frases como esta pueden tener efectos negativos a largo plazo. Aunque está cargada de buena intención, puede limitar la autonomía de los niños, creando una percepción negativa de su propio comportamiento.
Entonces, ¿por qué deberíamos considerar alternativas? Porque reemplazar esta frase abre puertas para desarrollar su autoconfianza y guiarles en la construcción de sus propias normas de conducta.
Sigue a Cromos en WhatsAppCuando un niño escucha “pórtate bien”, en realidad no recibe un mensaje claro sobre qué se espera de él. Al carecer de una orientación específica, el niño queda en un mar de interpretaciones que puede resultarle confuso. La frase es tan ambigua que puede hacerle sentir que cualquier error es un fallo total en su conducta, generando un miedo a experimentar y a cometer errores naturales del aprendizaje.
¿Con qué alternativas podemos reemplazar el “pórtate bien” hacia nuestros hijos?
En lugar de “pórtate bien”, existen alternativas que impulsan un desarrollo más saludable. Una de ellas es “Escucha a los demás y cuida cómo hablas.” Este tipo de mensaje proporciona una guía clara, fomentando valores de empatía y respeto.
Otra opción útil es decir “Haz lo mejor que puedas”, que invita al niño a esforzarse y celebrar sus propios logros sin compararse con otros.
Finalmente, el recordatorio “Sé amable y respetuoso” ayuda a cimentar valores universales, más allá de la mera obediencia.
Reemplazar “pórtate bien” también permite trabajar en la autoestima infantil, ya que no juzga al niño sino que le permite reflexionar sobre sus actos. A medida que estas frases específicas se usan, los niños empiezan a comprender que la conducta no es algo que simplemente “se hace bien o mal”, sino que es una forma de contribuir a un entorno positivo y de convivir en sociedad. Al implementar estos pequeños cambios, se está promoviendo una crianza más consciente que va más allá de simplemente “portarse bien”.
Te puede interesar: “La letra con sangre entra”: mitos alrededor de la crianza que se deben olvidar
No cabe duda que cambiar la forma en que nos dirigimos a los niños puede ser un desafío, pero también es una inversión invaluable en su desarrollo. Las frases que guían desde el respeto y la empatía contribuyen a criar adultos con seguridad en sí mismos y herramientas emocionales para relacionarse con otros.
¿Por qué limitarles con un simple “pórtate bien” cuando se puede inspirar una conducta responsable y auténtica?
*Contenido generado con asistencia de la IA.