¿Qué hacer si mi hijo adolescente duerme mucho?

Es común que los padres se preocupen cuando sus hijos adolescentes parecen dormir en exceso. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esto es una parte normal del desarrollo.

Durante la adolescencia, se producen cambios significativos en el cuerpo y la mente, lo que puede aumentar la necesidad de sueño.

¿Por qué mi hijo duerme tanto?

A continuación, se presentan algunas consideraciones y consejos para manejar esta situación:

Entender las necesidades de sueño en la adolescencia

Según el Hospital maternoinfantil Sant Joan de Déu, en Barcelona (España), los adolescentes necesitan entre 8 y 10 horas de sueño por noche para un funcionamiento óptimo. No obstante, diversos factores pueden impedir que alcancen esta cantidad, como horarios escolares tempranos, actividades extracurriculares y el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse.

Estos elementos pueden contribuir a una deuda de sueño que los adolescentes intentan recuperar durmiendo más en otros momentos, como los fines de semana.

Consejos para mejorar los hábitos de sueño

El Rady Children’s Hospital-San Diego, un centro de atención pediátrica sin fines de lucro en Estados Unidos, da algunos consejos para ayudar a mejorar los hábitos de sueño de tu adolescente, y que de esta forma pase menos tiempo durmiendo durante el día:

• Establecer una rutina de sueño consistente: animar a tu hijo a acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluyendo los fines de semana, puede ayudar a regular su reloj biológico y mejorar la calidad del sueño.
• Crear un ambiente propicio para el sueño: asegúrate de que la habitación esté a oscuras, fresca y libre de ruidos. Además, es recomendable limitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse, ya que la luz azul que emiten puede interferir con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
• Limitar el consumo de cafeína: la cafeína es un estimulante que puede dificultar conciliar el sueño, especialmente si se consume en las horas previas a la noche. Se encuentra en bebidas como el café, el té, las gaseosas y el chocolate.
• Fomentar la actividad física regular: El ejercicio puede mejorar la calidad del sueño, pero es importante evitar actividades físicas intensas justo antes de acostarse, ya que pueden aumentar la energía y dificultar el sueño.

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¿Cuándo consultar a un profesional de la salud?

Si observas que, a pesar de implementar estos hábitos, tu hijo sigue durmiendo en exceso o muestra signos de somnolencia diurna, irritabilidad, dificultades en el rendimiento escolar o cambios en el estado de ánimo, podría ser indicativo de un trastorno del sueño u otro problema de salud. En estos casos, es recomendable consultar a un médico para una evaluación adecuada.

De esta forma, es importante entender que, aunque es normal que los adolescentes necesiten más sueño debido a los cambios en su desarrollo, es fundamental fomentar buenos hábitos de sueño y estar atentos a cualquier signo de alarma que pueda indicar un problema más serio.

*Contenido generado con asistencia de la IA.