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¿Cómo empezar a hablar de sexualidad desde la infancia? ¡Sin tabús!

Desde el momento en que se asume el rol de madre o padre, es esencial proporcionar a los menores un espacio seguro para hablar de sexualidad. Expertos resuelven dudas sobre la educación sexual.

Por Laura Valentina González Sánchez
27 de septiembre de 2024
Te explicamos la importancia de enseñar educación sexual a niños sin tabús. Fomentar el autocuidado y el respeto por los cuerpos ajenos.
Fotografía por: Tomado de canva

La sexualidad está en todos los ámbitos de nuestra vida, es vista como un campo fundamental a la hora de formarnos como sujetos. Cultivar una buena relación con la sexualidad nos da la posibilidad de conocernos, cuidar nuestro cuerpo y el cuerpo del otro. Es un aspecto muy amplio que atravesamos constantemente. Por lo tanto, hablar de sexualidad no se limita al acto sexual, sino que abarca el autoconocimiento, el autocuidado y la comprensión de los cambios que ocurren en etapas como la pubertad o la menopausia.

Es un error pensar que solo se refiere al coito y que hablar de ello incita a los niños a iniciar su vida sexual. Esta creencia, además de negarles el derecho a conocer su cuerpo, los pone en riesgo al no poder identificar situaciones de peligro por falta de información. Por eso es esencial que los padres reconozcan su importancia y cuenten con los conocimientos necesarios para brindar a sus hijos las bases que les permitan vivir su sexualidad de manera integral.

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¿Cómo hablarles a los niños de educación sexual?

Lo primero es educarse, no solo para transmitir información, sino para reconocer el placer sin estigmas ni tabús, sostiene Xiomara Hernández Bernal, magíster en psicología clínica, terapeuta sexual y miembro de la Asociación Colombiana de Salud Sexual -ACSEX. Para la experta, los adultos deben ser valientes para poder identificar sus propios conocimientos, y los vacíos de información. “En lo anterior está la clave para posteriormente transmitir un mensaje desde el saber y no desde nuestros propios mitos, porque de lo contrario perpetuaremos el desconocimiento”, asevera.

Algo fundamental es saber el momento para abordar el tema. Tener la sensibilidad para identificar cuándo es esencial el abordaje. Sobre este punto, Juliana Correa Carmona, sexóloga y normalista superior con énfasis en pedagogía infantil, explica a Cromos que resulta efectivo utilizar situaciones que permitan dialogar de forma natural: “Por ejemplo, el momento perfecto para hablar de embarazo puede ser cuando estoy con mi hija y veo a una joven en estado de embarazo en el centro comercial y muchas personas están mirando, entonces es el momento perfecto para preguntar a mi hija desde la empatía, y, sin juzgar que eso solo daña más la confianza, preguntar cómo te sentirías estando en el lugar de ella, qué sabes del embarazo, tienes preguntas al respecto. Son preguntas en situaciones muy poderosas de las que se puede sacar provecho para hablar con naturalidad, no llegar a decir, este es el preservativo, haga esto, no haga esto, porque realmente esa conversación no genera ningún vínculo de confianza”.

Es posible encontrar recursos en línea, pero es crucial verificar que provengan de fuentes confiables, como la OMS, UNFPA, Profamilia, Sexperto, UNICEF, y la Asociación Colombiana de Salud Sexual (ACSEX). UNICEF ofrece videos educativos como “Súper héroes” para enseñar a los niños a protegerse, y “Súper padres” y “Súper profes” para guiar a los adultos en este tema.

La empatía es fundamental, y también aplica para la escucha asertiva. Gabriela Gutiérrez, psicóloga de la Universidad Central, menciona que para crear un ambiente seguro es importante escuchar a los niños: “Hacerlo sin estigmas es indispensable, porque también nos permite recordar cuando en nuestra infancia teníamos esas preguntas; recordar y ponerse en el lugar del otro”

La empatía es fundamental, y también aplica para la escucha asertiva. Gabriela Gutiérrez, psicóloga de la Universidad Central, menciona que para crear un ambiente seguro es importante escuchar a los niños: “Hacerlo sin estigmas es indispensable, porque también nos permite recordar cuando en nuestra infancia teníamos esas preguntas; recordar y ponerse en el lugar del otro”

Fotografía por: Tomado de canva

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¿Cómo convertir la curiosidad infantil en una oportunidad de aprendizaje?

En ocasiones los adultos se alertan porque los menores formulan preguntas y, en vez de ver su curiosidad como una oportunidad, se van por el camino equivocado, posiblemente impulsados por el miedo y la negación. “Vamos de inmediato a qué habrán visto, qué le dijeron y es cuando entra el primer recurso que tienen los adultos, que es preguntar antes de suponer: ‘tú, dónde escuchaste eso’, ‘dónde hablaste de eso’, para entender qué saben ellos. Muchas veces los niños no entienden lo que están preguntando, pero nosotros ya nos estamos alarmando”, dice Juliana Correa, máster en salud sexual y creadora de EnConfianza.

¿Cuáles son los conceptos básicos de sexualidad?

Otro concepto que nos comparte Juliana Correa es el autocuidado que deben tener de sí mismos con el objetivo de evitar situaciones de riesgo. Por su parte, Xiomara Hernández se refiere al valor de llamar a las partes del cuerpo por su nombre, sin eufemismos; es decir, así como enseñamos que la nariz es la nariz y no la “cosita esta”, el pene es el pene, la vulva es la vulva y el ano es el ano, en vez de ponerles nombres confusos que desvirtúan la importancia de la sexualidad.

“Hay que educar en prevención de los diferentes tipos de victimización sexual, y por esto es relevante que nombremos las partes del cuerpo como se llaman. Por ejemplo, yo puedo enseñarle a una niña que nadie debe tocar su cuerpo sin su permiso, pero si ella ha aprendido que la vulva es la florecita, y esta niña le cuenta la profesora que el tío por las tardes le hace cosquillas en la florecita, probablemente la docente no entenderá que se trata de un acto de abuso sexual y por ende no se activarán las rutas necesarias. De igual manera, siempre se requerirá educar a los niños en comunicar cuando este tipo de sucesos ocurran para que como adultos podamos dar el acompañamiento respectivo”, señala Hernández.

¿Qué pasa si no hablo de educación sexual con mi hijo?

Es importante hablar de educación sexual porque también ayuda a visibilizar otras problemáticas sociales, como el acoso sexual callejero, ya que para mitigarlo y dejar de normalizarlo es necesario entender que no tenemos ni debemos tener poder frente al cuerpo del otro. “La percepción de control sobre los cuerpos ajenos es un factor central en la dinámica de la violencia. La violencia consiste precisamente en violar el poder de otro, y esto ocurre tanto en espacios públicos como privados”, subraya Ramiro Leguízamo, experto en temas de género.

Por último, como manifiesta Gabriela Gutiérrez, psicóloga de la Universidad Central: “El desconocimiento de la sexualidad puede tener un impacto psicológico profundo. Iniciar la vida sexual sin esta comprensión afecta el autoconocimiento, limitando la capacidad de conocerse a sí mismo y, en consecuencia, de conocer a otros”.

Habitar nuestros cuerpos es solo el primer paso; lo más importante, y lo que muchos aún no hemos logrado, es conocernos plenamente.

Por Laura Valentina González Sánchez

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