Cuando los niños están pequeños, es normal que requieran de cierto acompañamiento para hacer sus deberes escolares, sin embargo, generalmente llega el punto en el que como padres no podemos estar todo el tiempo a su lado y tendrán que aprender a estudiar solos.
Si deseas enseñarle a tu hijo a estudiar solo, debes tener en cuenta algunos factores: su edad, el método de estudio que le funciona y las necesidades del niño.
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Hay muchos niños que solo estudian si un adulto se sienta con ellos y si se les deja solos se distraen, se levantan y abandonan el lugar de estudio. Te traemos algunos consejos para solucionarlo.
¿Por qué ocurre esto?
Hay muchos niños que solo estudian si un adulto se sienta con ellos y si se les deja solos se distraen, se levantan y abandonan el lugar de estudio.
Tristemente, cuando esto ocurre es porque hemos alimentado un mal hábito en nuestros hijos. Si el niño se acostumbra desde pequeño a tener siempre a alguien encima de él presionándolo para trabajar se vuelve dependiente y no logra desarrollar estrategias para la toma de decisiones o resolución de problemas, sino que se relaja y espera a que le ayuden.
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Por esto, debes iniciar un trabajo de la mano con sus maestros para ajustar la exigencia según las capacidades del niño, para que no se desmotive, se resista a estudiar o que llegue a bajar su autoestima por sentirse incapaz.
¿Cómo enseñarle a tu hijo a estudiar solo?
- Un espacio adecuado para estudiar: tu hijo debe tener una mesa con espacio suficiente, sin elementos que lo puedan distraer (tablet, televisión, juguetes, etc.). Vigila que tenga a mano los materiales que necesita y que su entorno sea tranquilo.
- Rutina bien establecida: para que la mente de tu hijo funcione a su máximo potencial la estabilidad y las rutinas son clave. Crea horarios fijos para todos los días, así tu hijo sabrá durante cuánto tiempo tiene que hacer los deberes, para pasar a su tiempo de ocio o a comer, y cuándo se irá a dormir. Tener noches de sueño reparador ayudan a que esté descansado y motivado.
- Ayúdale, tomando distancia: revisen juntos la lista de tareas y marquen las que puede hacer sin ayuda, para iniciar por ahí y luego que siga con el resto de las tareas, en las que podrá consultarte. Ayúdale, con paciencia y sin prisa.
- No te sientes con tu hijo: debes empezar a evaluar si puede hacer las tareas sin ayuda y de forma correcta, dejándolo experimentar para que lo intente solo y, posteriormente, si es necesario, apóyalo para corregir o completar.
- Vuelve divertido el aprendizaje: anímale a aprender cosas nuevas todos los días, con herramientas interactivas como documentales, juegos educativos o libros. Hazle preguntas y enséñale a cuestionarse y a reflexionar sobre el mundo.
- Sin presiones: recálcale que estudiar no tiene que ser una actividad estresante, por lo que debe aprender a estudiar de forma relajada, siendo consciente de la importancia que tiene el estudio.
- Crea tiempos de descanso: asegúrate de que tu hijo haga descansos cortos cada cierto tiempo, para evitar que se sature. Si obligas a tu hijo a trabajar más tiempo del que puede concentrarse, no obtendrá tanto provecho del estudio.
- Ofrece recompensas sutiles: dile que podrán salir a jugar al parque, ver su serie favorita o alguna actividad que le guste. Esto le ayudará a ver que sí hay beneficios por esforzarse para aprender sin tu ayuda.
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