Trastorno por déficit de atención: 8 pasos para poder tratarlo en tu hijo
No todos los niños que son activos, los que tienden a ser muy inquietos o los que pierden la atención presentan este diagnóstico. Conozca qué hacer en caso de que tu hijo lo presente.
Por Redacción Cromos
23 de julio de 2023
El déficit de atención e hiperactividad se refiere a un conjunto de síntomas que abarcan dificultades para mantener la atención a estímulos, impulsividad y altos niveles de inquietud que interfieren con las labores diarias y académicas.
No todos los niños que son activos, los que tienden a ser muy inquietos o los que pierden la atención presentan este diagnóstico. Es necesario tener una evaluación exhaustiva por parte de profesionales expertos para hacer establecerlo; elegir y adaptar el tratamiento que mejor se ajuste a las necesidades de los niños, sus familias y su ambiente.
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Para Claudia Valencia, psicóloga clínica y docente de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, la evaluación y tratamiento integral es fundamental. “Desde una perspectiva psicológica, se identifican cuáles son las conductas que presentan, las situaciones y los efectos en su entorno. Así, se logra establecer las condiciones que evocan las conductas del niño y las posibles situaciones que favorecen que estos comportamientos se mantengan y repitan en el tiempo”, sostuvo.
Sigue a Cromos en WhatsAppCon esta información, se diseñan planes de intervención que incluyen al niño, la familia, el colegio y los demás contextos involucrados.
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Recomendaciones de la experta para su manejo
- Establecer rutinas claras y sencillas tanto en casa como en colegio. Favorecer un ambiente predecible en el que el niño sepa qué debe hacer paso a paso; es útil brindar ayudas visuales, auditivas, relojes, agendas, y cronogramas.
- Hacer énfasis en aquello que el niño hace bien. Felicitarlo y resaltar su esfuerzo día a día.
- Asignar tareas cortas, sencillas, que faciliten la autoeficacia del niño y el recibir elogios por parte de los adultos. Ir aumentando la dificultad en la medida en que el niño logre adquirir fluidez en la tarea.
- Si al niño se le dificulta una tarea en particular, dividirla en pequeños pasos y recompensarlo por cualquier mínima aproximación a la tarea objetivo.
- Hacer uso de la escucha activa. Estar atento a lo que el niño exprese y entender sus emociones. Escucharlo con calma mostrándole que es comprendido y que puede recibir apoyo y afecto incondicional por parte de sus cuidadores independiente de sus dificultades o errores.
- Evitar cualquier comentario que pueda lesionar al niño: “no lo vas a lograr”, “eres malo”, “no te quiero si no haces bien las cosas” “siempre pasa lo mismo” etc.
- Aprender en familia ejercicios de respiración, mindfulness o meditación. Esto ayudará a que el niño logre identificar sus impulsos, las conductas automáticas y el control atencional.
- Y, por último, es esencial que padres y docentes cuenten con estrategias de autocuidado y gestión emocional que les ayudará a solventar mejor las situaciones del día a día con niños que presentan este tipo de comportamientos.