Guía completa: brochas de maquillaje esenciales y cómo mantenerlas limpias
¿Estás comenzando en el mundo del maquillaje? Acá te contamos cuáles brochas deberías tener para hacer de todo y cómo mantenerlas siempre limpias.
Por Redacción Cromos
02 de octubre de 2024
El maquillaje es una herramienta poderosa para realzar la belleza natural y expresar la creatividad. Desde bases ligeras hasta delineados atrevidos, el maquillaje permite resaltar rasgos faciales y disimular imperfecciones.
Además, ha evolucionado para adaptarse a diferentes tipos de piel y necesidades, con productos libres de aceites, veganos y cruelty-free. Más allá de la estética, para muchas personas, es un ritual de autoconfianza y autocuidado.
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Sin embargo, es importante elegir productos de calidad y limpiar el rostro adecuadamente para evitar problemas en la piel, como acné o irritaciones.
Sigue a Cromos en WhatsAppAún son muchas las personas que desconocen cómo limpiar las brochas del maquillaje y, en ocasiones, pueden terminar dañándolos por no saber cómo hacerlo.
Si estás interesado en este mundo y quieres llevar a cabo maquillajes un poco más sofisticados, acá te contamos cuáles brochas deberías tener en tu kit y cómo debes limpiarlas para que no afecten tu rostro o tus productos.
Brochas básicas para maquillaje
Contar con las brochas correctas es crucial para cualquier rutina de maquillaje. Aquí te mostramos las más importantes que no pueden faltar en tu colección.
1. Brocha para base
Se utiliza para aplicar productos líquidos o en crema. Existen diferentes tipos de brochas para base, como la plana o el pincel kabuki. La primera ofrece mayor precisión para una cobertura uniforme, mientras que la segunda es perfecta para un acabado difuminado.
Contar con las brochas de maquillaje esenciales y mantenerlas limpias es crucial para lograr un acabado profesional en tu maquillaje.
2. Brocha para polvos
Es generalmente grande y suave, ideal para aplicar polvos sueltos o compactos. Su tamaño permite cubrir amplias áreas del rostro de manera ligera, sellando la base sin dejar un acabado pesado.
3. Brocha para rubor
Tiene un tamaño mediano, con cerdas suaves y redondeadas, perfecta para aplicar rubor en las mejillas y crear un aspecto saludable y natural.
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4. Brocha para contorno
Con una forma angular, la brocha para contorno permite definir y esculpir el rostro, ayudando a resaltar las zonas deseadas, como los pómulos y la línea de la mandíbula.
Además de mejorar la apariencia, cuidar tus brochas te permitirá evitar problemas en la piel y disfrutar de tus herramientas por más tiempo.
5. Brocha para sombras de ojos
Son variadas en tamaños y formas. Las más esenciales incluyen la plana para aplicar color sobre el párpado, y la de difuminar, que permite mezclar los tonos y suavizar los bordes.
6. Brocha para cejas
Para definir las cejas, una brocha angular pequeña es ideal. Esta herramienta te ayudará a aplicar polvos o geles para conseguir unas cejas perfectas.
Por otro lado, limpiar las brochas de maquillaje regularmente no solo alarga su vida útil, sino que también es fundamental para evitar problemas en la piel como irritaciones, acné y reacciones alérgicas.
La frecuencia de limpieza dependerá del tipo de producto que utilices y la regularidad con la que las uses. Para productos líquidos o en crema (como base y corrector) deben limpiarse al menos una vez a la semana. Las que se usan para polvos (como la de rubor o sombras) pueden limpiarse cada dos semanas.
Siguiendo estos sencillos pasos de limpieza, garantizarás una rutina de maquillaje higiénica y efectiva.
¿Cómo limpiar las brochas de maquillaje?
- Moja las cerdas de la brocha bajo agua tibia, evitando mojar el mango para prevenir que el adhesivo que mantiene las cerdas juntas se debilite.
- Coloca una pequeña cantidad de jabón suave o un limpiador específico en la palma de tu mano. Frota suavemente las cerdas en movimientos circulares para eliminar el maquillaje acumulado.
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- Enjuaga las cerdas bajo el chorro de agua tibia hasta que el agua salga clara, asegurándote de eliminar todos los residuos de jabón.
- Una vez limpias, moldea las cerdas de vuelta a su forma original mientras están húmedas.
- Coloca las brochas sobre una toalla limpia, dejando que las cerdas cuelguen del borde de una superficie para que se sequen al aire. Esto evita que el agua se filtre al mango y dañe el adhesivo.