Juan Pablo Socarrás es seguramente uno de los diseñadores colombianos con mayor perfil en el país, pero en los últimos años se ha encargado de elevar su propuesta y romper las barreras internacionales, pero esto no lo ha hecho solo, pues lo ha hecho acompañado de trabajadores artesanales, demostrándole a los extranjeros que el patrimonio nacional es algo digno de celebrar sin importar de donde seas.
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Además de trabajar con comunidades indígenas colombianas, el Rivereño también ha colaborado con este tipo de poblaciones en Guatemala, México y Ecuador. Este embajador de la moda colombiana tuvo un 2023 excelente, en el que logró llevar el resultado de estos interesantes proyectos a una gran plataforma, el Vancouver Fashion Week. Cromos conversó con Socarrás para conocer un poco más de estos trabajos, su opinión sobre la moda actual colombiana y lo que se viene en 2024.
Cromos: ¿Cuál es el balance que haces de tu 2023?
Juan Pablo Socarrás: Fue un año para enfocarme, sacar adelante uno de los proyectos más grandes que tenía que era lograr una conexión para una plataforma tan importante como es el Vancouver Fashion Week, con un proyecto que estoy realizando en el Putumayo con siete comunidades indígenas y una comunidad afrodescendiente.
Este proyecto lleva más de dos años y tiene por nombre ‘Hilos de la tierra’, es muy bonito porque lo que encontramos fue comunidades artesanas que fueron desplazadas al sur del Putumayo, al ser desplazadas la mayoría pierden sus técnicas y sus oficios, durante estos dos años hemos estado trabajando en ese recordar sus memorias ancestrales para que vuelvan a tejer y fortalecer todo ese oficio, al fortalecerlo, ya nos hemos presentado en varias ferias y desde la autonomía ellos hablaron y dijeron que querían salir del país, al salir del país se empezaron a formar las cosas, llegó la invitación del Vancouver Fashion Week, se sumó la empresa patrocinadora Gran Tierra.
Entonces para ellos fue importante llegar a Canadá, contando sus proyectos de transformación social, la empresa patrocinó el evento y pudimos hacer la colección, estuvimos todo el año realizándola porque es ardua y con gran nivel de trabajo en campo y un taller de confección en el Magdalena Medio de cincuenta mujeres, ese es uno de los proyectos abanderados, que fue lo que mostramos este año y por eso este año no me presenté en ninguna plataforma o en ningún evento a nivel nacional, estaba muy enfocado en presentarme en el Vancouver Fashion Week.
Con este proyecto estamos impactando a más de 122 personas, este proyecto lo realicé junto a la Corporación Mundial de la Mujer Colombia, con la corporación también tenemos un proyecto muy bonito, liderado por Luisa Fernanda Llano, que es la directora acceso a mercados y logra a través de moda circular, economía circular, recibimos los uniformes de grandes empresas en Colombia y los transformamos en nuevos productos, desde maletines para darles nuevas oportunidades a niños, hasta billeteras, cosmetiqueras, ellos los vuelven a rotar y eso es muy bonito porque desde la señora que limpia el producto, desde que lo vuelve a lavar, hasta la señora que lo confecciona, todo es un impacto social, este año logramos impactar económicamente a más de 200 familias con un ingreso mayor a 1.300 millones de pesos en ventas, entonces es importante porque al final no solamente la capacitación, la formación y el acompañamiento técnico, sino también es el ingreso que estamos haciendo en estas comunidades.
A nivel internacional hemos seguido trabajando con Guatemala, con México estamos buscando nuevas oportunidades, también en Ecuador, Perú, Bolivia, Costa Rica, donde estamos empezando a buscar las oportunidades de trabajar con comunidades de allá porque tenemos claro que este modelo de historias humanas se puede replicar y se puede generar un impacto real de transformación social.
C: ¿Cómo es el recibimiento de este trabajo artesanal en el extranjero?
JPS: Yo estoy acostumbrado al aplauso en Colombia, pero en un país en el que nadie me conoce, donde nadie sabe qué hago, que todo el mundo me ovacione, para mí eso fue impresionante, yo soy muy tímido y me tocó devolverme, la gente me felicitó muchísimo, tanto así que me dio un poco de ansiedad social. Fue una experiencia muy bonita porque al final, en Vancouver, generalmente no hay gente de Canadá, es muy asiático y de otros inmigrantes, lo bonito del desfile, gracias a que también tuve la oportunidad de estar acompañado de Felipe Espinoza, el gran productor colombiano, yo le dije: ‘enamorémonos de esa imperfección’, esa imperfección de poder vestir al mundo entero, tenemos gente de Irlanda, de África, de Japón, de China, teníamos la oportunidad de vestir al mundo entero con esta colección, también fue muy bonito ver a la gente cómo se vestía con el sector artesanal colombiano.
C: ¿Qué crees que es lo que le devuelves a las comunidades con las que trabajas?
JPS: Al final esto es un proyecto donde se le hace un acompañamiento a la comunidad, esto no es un proyecto de mostrar un producto, la excusa es el desfile, la excusa son las colecciones, pero durante más de dos o tres años que llevo trabajando en el Putumayo, en silencio, sin estar contándole a todo el mundo, trabajando arduamente con un gran equipo de diseño allá, con un gran equipo de transformación social, donde les enseñamos finanzas, hay acompañamiento psicosocial, donde hay todas las entregas de habilidades para que ellos tengan una mejor calidad de vida. Durante todo este tiempo hay acompañamiento técnico, hay acompañamiento en el reforzamiento de sus técnicas y oficios, un proceso de volver a empezar, que recuerden cómo se tejía, cuáles son las simbologías.
Entonces más que un desfile y más que un diseñador que llega a mostrar los productos de ellos es un diseñador que acompaña, por eso digo que soy más un gestor social que los acompaña a través de proyectos con indicadores clarísimos en desarrollo social, económico, productivo, psicosocial. Para mí es muy importante que cuando lleguen otros diseñadores, otras marcas, ellos estén preparados para que les paguen justo para que valoren su hora de trabajo, para que sepan que no hay necesidad de tener tantos intermediarios, y que ellos directamente se pueden ganar este dinero.
C: ¿Qué opinas del estado de la industria de la moda colombiana frente al mundo entero?
JPS: Yo creo que Colombia es la brisa fresca en la moda, pero es una brisa fresca que se ha enfocado mucho en ese Caribbean Chic, yo creo que tenemos que evolucionar, tenemos que entender que nosotros también somos montañas, ríos, tenemos otros lugares fantásticos para enamorarnos, porque cuando nos enamoramos de lo local nos volvemos globales, cuando dejamos de tener miedo a tener identidad, cuando dejamos de ser tan acomplejados, ¿dónde nacimos? En un lugar multicultural lleno de historias, afrodescendientes, del Pacífico, de comunidades indígenas, de artesanías, y eso es lo que nos diferencia en el mundo.
También hay que celebrar lo que sucede en el país, plataformas como Colombiamoda o Bogotá Fashion Week que están muy bien montadas, tienen un muy buen esquema, yo que viajo por todo el mundo para diferentes eventos, lo que yo sufro en Colombia es un cero de lo que sufro en otros países, pero nosotros no nos sentimos orgullosos de eso. Por eso yo invito a los diseñadores jóvenes a que investiguen, se sienten, conozcan y se sientan orgullosos de su país.
Además: El enterizo será la prenda protagonista en 2024, ¿cómo llevarlo?
C: ¿Qué podemos esperar para el 2024?
JPS: Un Juan Pablo Socarrás mucho más enfocado en sacar colecciones de hogar, vamos a tener cuatro colecciones al año. Vamos a internacionalizarnos, llegar a países como España, México y Francia, en ferias especializadas de diseño. Vamos a buscar ferias en Nueva York y París para también llevar la moda y los proyectos sociales que estamos haciendo y vamos con un propósito muy grande de acompañar a jóvenes emprendedores sociales a que cierren sus ciclos y acelerarlos a otro nivel. No solamente vamos a trabajar con artesanos, indígenas y desplazados, sino que también vamos a empezar a trabajar con emprendedores sociales para acompañarlos y que sean más grandes.