Los 9 secretos de belleza de Marilyn Monroe
Algunos todavía se pueden aplicar en la actualidad, conoce la rutina de belleza de la legendaria Marilyn Monroe.
Por Redacción Cromos
29 de octubre de 2022
El nombre de Marilyn Monroe jamás morirá gracias al talento y la belleza que quedaron grabados en su obra. El mito erótico de los cincuenta ha vuelto a ser muy mencionado ahora que hace menos de un mes fue estrenada en Netflix la película ‘Blonde’, protagonizada por Ana de Armas.
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A propósito del auge, la revista Vogue Británica hizo un interesante recorrido por algunos detalles de la rutina de belleza de la icónica actriz.
Sigue a Cromos en WhatsAppJamás se daba baños de sol
“Personalmente me opongo a un bronceado profundo porque me gusta sentirme rubia por todas partes”, explicó Norma Jean en su momento al justificar el motivo por el que trataba de mantenerse alejada del gran astro, a pesar de que en ese momento en California estaba tan de moda. Olvídate de los bronzers y los autobronceadores, y abraza el color natural de tu piel.
Su rubio no era cualquier rubio
Si alguna vez te preguntaste cuál es el tono que Marilyn Monroe pedía a su colorista, piensa dos veces la respuesta, a este matiz de rubio lo llamaban “blanco funda de almohada”. Según la autora, Pamela Keogh, la celebridad teñía su melena cada tres semanas con una lista de peluqueros, incluyendo a Pearl Porterfield (que también hacía el rubio pálido de Jean Harlow) y Keneth Battelle.
Para evitar lavarlo demasiado, que es algo que puede afectar el matiz, ella era devota a un champú seco improvisado, el polvo de Johnson’s Baby, lo aplicaba cada dos días para mantener su pelo como si estuviera recién bañado.
Un asombroso truco para labios voluptuosos
Para crear la ilusión de unos labios sensuales como los de la estadounidense, la clave está en la variedad de labiales. Su maquillador aplicaba hasta cinco tonos diferentes de rojo, oscuros, rojos ciruelas en los bordes, y más claros en el interior, para crear ese efecto de dimensión y volumen, un truco que se mantiene intacto hasta el día de hoy.
Jamás ignoró la importancia del sueño
Monroe dormía entre cinco a diez horas cada noche, en una amplia cama y en solitario. En cuanto a los domingos, “Es mi día de tiempo libre. A veces me toma dos horas levantarme, deleitando cada último momento de somnolencia”, dijo en una entrevista a la revista Pageant.
Su acompañante nocturno
Era cierto que la súper estrella no usaba ropa en la cama, ya que como ella misma confesó, las pijamas y los “camisones espeluznantes” alteraban su sueño. Sin embargo, sí usaba cinco gotas del perfume Chanel No.5, que también agregaba a sus baños de hielo.
¿Baños de hielo?
Numerosos atletas de alto rendimiento, como Wim Hof, popularizaron los baños y las duchas frías a nivel hielo. Pero Marilyn Monroe es una de las pioneras en esta técnica, se decía que tomaba baños helados para mantener su piel firme y tensa.
Marilyn Monroe también era asidua al dermatólogo húngaro, Erno Laszlo, al que acudía también su colega Audrey Hepburn. Ella padecía de piel seca, de hecho, se rumoraba que obsesivamente se lavaba la cara hasta cinco veces al día para prevenir los granitos, Laszlo le prescribió una rutina de cuidado para la piel rigurosa, la cual difería dependiendo del momento del día y la ocasión.
Su rutina para la noche empezaba con un aceite limpiador, usando el Aceite de felitil activo de Erno Laszlo, luego aplicaba la Crema de felitil activo y se la lavaba la cara. La diva terminaba con la Loción Controladora.
Un brillo desde el interior
Aunque en la actualidad tenemos tácticas como usar iluminador, la actriz obtenía su característico brillo de una manera tal vez menos tentador. Parecido a la técnica coreana de slugging, ella aplicaba capas de vaselina debajo de su base para ayudar a que la piel atrapara la luz.
También era fan de cremas frías, como la Pond’s, y otros recordados productos que se siguen usando en la actualidad, incluyendo aceite de oliva, que supuestamente aplicaba sobre su piel para contrarrestar la sequedad.
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No era muy fan del ejercicio
“No cuento rítmicamente como la gente de ejercicio en la radio, no podría soportar el ejercicio si tuviera que sentirme reglamentada al respecto.”, dijo Monroe sobre su opinión frente al entrenamiento. En vez de eso, ella disfrutaba de una “rutina para reafirmar el busto”, que constaba de levantar pesas de entre dos a cinco libras sobre su cabeza por quince repeticiones, yendo hacia el momento de la “posición de brazo de águila extendida”. Lo hacía al lado de la cama, cada mañana, hasta que se cansara.