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Desde hace un par de años se empezó a discutir el impacto que tiene la industria de la moda en el calentamiento global y -en general- en el medioambiente. Desde entonces, se ha trabajado para minimizar daños y convertirse en un sector sustentable y sostenible
En la actualidad, ser vegano ya no es una extravagancia, ni siquiera es una tendencia, es una realidad consolidada en el mercado. La relación que tienen las nuevas generaciones con los animales es fuerte y por eso el ‘veggie style’ dentro de la moda sigue ganando adeptos, es, sin duda alguna, el próximo escalafón del veganismo.
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“Además, en el campo de la moda se pueden usar marcas veganas sin necesidad de serlo, gracias al ‘cruelty free’, que permite usar prendas de tendencia sin hacer sufrir innecesariamente a los animales”, comentó Mireia González, Codirectora del Máster en Dirección y Creación de Marcas de Moda de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona.
“Esta filosofía es compartida por la mayoría de los consumidores de moda sostenible sean veganos o no. Esto representa a uno de cada tres consumidores en la actualidad, llegando al 50% en países del norte de Europa como Alemania”, manifestó González
Los avances técnicos y los nuevos materiales han llenado de nuevas posibilidades la moda vegana.
Se intuye que en los próximo años se iniciará una revolución que llegará al mundo del lujo. La tendencia del no uso de cuero evolucionó a los cueros artesanales y con sello de calidad ambiental.
Esto llevó a quienes usaban pieles de animal en bolsos y zapatos pasaran a utilizar materiales como el eco alter nappa, un cuero sintético fabricado a partir de poliéster y poliuretano, con un recubrimiento de aceite vegetal, lo que le hace muy próximo a la sensación de la napa auténtica.
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Este material ha sido puesto de moda por la diseñadora inglesa especializada en eco-lujo, Stella McCartney, la cual es conocida por no utilizar materiales derivados del vacuno. En sintonía, las personas quieren usar materiales de origen plástico, una de las corrientes de opinión en la moda ECO, es optar por el uso de cueros vegetales, que son aquellos que provienen de fibras vegetales.
El más conocido es el piñatex que proviene de las piñas, pero ya se están distribuyendo otros extraídos a partir de coco y comercializado bajo el nombre de malai.
González, enfatizó que la gran revolución -o por lo menos la más sorprendente- será la creación del cuero en laboratorio. Es la gran esperanza de la industria del lujo, aún muy reticente a utilizar materiales distintos al cuero, dada la “calidad y perdurabilidad”, también al estereotipo de estética que lleva cautivando durante la historia de la moda. Será difícil aceptar otros códigos visuales asociados al cuero y a la marroquinería.
Caso de éxito
Modern Meadows es una empresa de biotecnología de Nueva York, que ya comercializa estos cueros creados en laboratorio, a partir de copiar las moléculas de los animales. Su producto es un material llamado zoa y es, prácticamente, igual que el cuero animal, ya que está reproduciendo su estructura. La misión de la empresa es “crear, no destruir”, en clara alusión al respeto a la naturaleza, especialmente al mundo animal.
‘Etiqueta’
Quienes deseen asegurarse sobre los productos que compran sean realmente veganos, pueden recurrir al directorio de la organización P.E.T.A, los cuales han lanzado un sello que certifica a las marcas sobre procesos cruelty free, a través de su portal web, también se pueden conocer marcas y otros materiales veganos reconocidos.
Hay una gran oportunidad de avanzar a una moda responsable, del cuidado del medioambiente y los animales, pero que, si se desea ver en cifras económicas, hay un potencial de 160 mil millones de euros por año para la economía industrial que se adapte al uso responsable de recursos escasos y la gestión sostenible de la cadena de suministro.
Esto equivale al 90% de la agrupación actual de beneficios del sector mundial de prendas de vestir y calzado o el 11% del valor minorista actual, según la agenda de Global Fashion.