La base de maquillaje puede ser un gran aliado en términos de maquillaje, sin embargo, hay algunas personas que prefieren no usarla debido a que no sabe cómo hacerlo, porque tienen miedo de que no se vea real, quede acartonada y se cuartee.
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Sin embargo, este producto, de ser usado correctamente, tiene el poder de unificar el tono de la piel y hacer que luzca perfecta como si tomáramos toda el agua necesaria y no tuviéramos ningún problema cutáneo, diciéndole adiós a los granitos, manchitas, etc. Aquí te dejamos algunos consejos para que la base quedé imperceptible.
Prepara la piel
Recuerda que el cuidado de tu piel es fundamental para que el maquillaje sea perfecto, no puedes esperar que el maquillaje haga magia si no cuidas de tu piel. Recuerda hidratarla de acuerdo con el tipo de piel que tienes, no la sobrehidrates porque esto hará que se cuartee la base.
Si tienes la piel muy seca, puedes usar un primer que tenga fuertes propiedades hidratantes, así la base no se concentrará en esos parches secos que puedes tener. Si tienes la piel mixta o grasa, puedes usar un primer matificante y que difumine los poros dilatados que puedes llegar a tener por el exceso de sebo, para este último problema, aplica la prebase con ligeros toques, como si trataras de hundir el producto sobre los poros, de esta manera la base tendrá mejor durabilidad.
Asimismo, revisa que el primer sea del mismo tipo de la base, por ejemplo, si la base está hecha a base de agua, compra un primer que esté hecho a base de agua también, si la base es de siliconas, usa un primer hecho a base de siliconas.
No apliques la base de inmediato
Deja que tu skincare y el primer sean absorbidos por tu piel, que todos esos atributos positivos sean aprovechados. Espera unos tres o cinco minutos, asegúrate que todos los productos queden bien distribuidos y masajea. Mientras tanto, aprovecha para ponerte tus aretes o termínate de vestir, incluso puedes tomarte una copa de vino, haz que este ritual de belleza sea una forma de mimarte.
Debes escoger la base correcta
Con esto nos referimos a que tu base de maquillaje debe ser apta al tipo de piel que tienes, así este cosmético va a tener la mejor aplicación y duración. De nuevo, si tienes la piel seca, utiliza una base con propiedades hidratantes, eso sí, sí tiene un acabado muy glowy, lo más probable es que no tenga la mayor duración. Si tienes la piel mixta o grasa es mejor una base de acabado mate, no te preocupes que la tecnología del maquillaje actual logra un acabado mate, pero creíble.
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No exageres con la aplicación
Evita sobrecargar la piel con la base, utiliza uno o dos pumps y distribuye muy bien con ayuda de una esponja humedecida o una brocha, aplica muy bien y revisa minuciosamente que quede distribuida a la perfección.
Siempre empieza de menos a más, si crees que es necesario, aplica más en las zonas de tu cara que necesiten mayor atención, o aplica un poco de corrector en esas partes especiales, como granitos o manchitas, así logras un acabado más natural y evitas las capas innecesarias de base.
El sellado
El último pase es sellar, si tienes la piel seca es probable que no necesites usar polvos, si aún así quieres hacerlo, hazlo solo en la zona T, con un polvo traslúcido o unos compactos que sean muy ligeros. Si eres de piel grasosa, con una brocha gruesa pero suave aplica polvos compactos a lo largo de tu rostro. Para terminar, pasa un fijador en espray con propiedades que prolonguen el maquillaje, en vez de una hidratante o refrescante, es lo más recomendable.