El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos sugiere desinfectar el sanitario cada vez que lo usemos.
El virus que paralizó al mundo, además de enclaustrarnos, nos obligó a replantearnos la higiene personal, al punto de extremarla para evitar el contagio.
Al cansancio de limpiar los objetos que entramos a la casa, ahora se le suma el sanitario, la “bacinilla inteligente” que solemos limpiar con mucho asco, haciendo de tripas corazón (no es una metáfora).
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El lavado de manos se extendió a la limpieza continua de lo que usamos. Las toallitas desinfectantes, al igual que el alcohol en gel, se convirtieron en artículos de primera necesidad que al principio de la pandemia parecían en vía de extinción. Hoy los frascos cargados de líquido trasparente y grumoso ocupan un lugar destacado en las góndolas de los supermercados.
Recientemente, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos sugirió desinfectar el sanitario cada vez que lo usemos. Su consejo tiene el respaldo de la Universidad de Yangzhou, que recientemente divulgó un estudio en el que enfatiza en la necesidad de lavarlo con una intensidad engorrosa, aunque necesaria.
“Los aerosoles generados por los inodoros es un fenómeno que hemos más o menos conocido desde hace un tiempo, pero que muchas personas han subestimado”, opinó Joshua Santarpia, profesor de Patología y Microbiología del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, que se ha referido a la investigación en medios norteamericanos. “Este estudio proporciona evidencia suficiente que todos necesitamos para tomar mejores medidas”.
Al tirar de la cadena el sanitario produce un efecto de atomizador, que puede ser contenido con el uso adecuado de la tapa. Al bajarla antes presionar el botón estaríamos evitando una alta probabilidad de contagio.
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Ji-Xiang Wang, académico que estudia dinámica de fluidos en la Universidad de Yangzhou, llamó la atención porque la mayoría de los inodoros públicos vienen sin tapa y, en el peor de los casos, tampoco tienen bizcocho.
Para tener a raya las partículas que puedan contagiarnos, Wang recomienda tres tips básicos: limpiar los bordes con desinfectante antes de sentarnos, bajar la tapa antes de vaciarlo y lavarnos intensamente las manos al salir del baño. Por supuesto, si vamos a recurrir a uno público, debemos mantener el tapabocas puesto.
