Es cierto que en muchas ocasiones la abstinencia sexual se debe a temas morales, religiosos o sencillamente por la imposibilidad de encontrar a la persona adecuada, pero en otros casos tiene que ver con circunstancias como enfermedades. Cuando la abstinencia es involuntaria, los efectos negativos suelen ser más intensos.
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Sigue a Cromos en WhatsAppEstas son las consecuencias de no tener relaciones sexuales
Estrés y ansiedad
Uno de los primeros efectos de la abstinencia es el aumento del estrés y la ansiedad. Las relaciones sexuales liberan hormonas como endorfinas y oxitocina, sustancias que generan bienestar ya que actúan como analgésicos naturales. Sin embargo, pero hay excepciones, una relación sexual también puede traer estrés lo que puede disminuir la presencia de estas hormonas que traen bienestar. Se sabe que las personas que tienen relaciones sexuales saludables constantemente son más felices y no presentan tanta ansiedad.
La abstinencia sexual puede traer varias consecuencias tanto a nivel físico, como emocional y biológico.
Problemas de autoestima
Otro aspecto afectado es la autoestima. La sexualidad está vinculada al bienestar emocional y al reconocimiento propio. El sexo tiene que ver con sentirse valorado y pleno, tanto a nivel físico como psicológico. La ausencia de esta práctica puede disminuir la confianza personal y la percepción de satisfacción con la vida.
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Disminución del deseo sexual
A nivel biológico, la falta de sexo también puede disminuir el deseo sexual. A diferencia de otras necesidades básicas, como comer o dormir, la libido tiende a disminuir cuando no se satisface. Este fenómeno genera un círculo vicioso, la falta de sexo reduce el deseo y, con el tiempo, puede hacer que desaparezca casi por completo.
Problemas con el sistema inmune
El sistema inmune también se ve afectado. Estudios han demostrado que las personas sexualmente activas producen niveles más altos de inmunoglobulina A, un anticuerpo clave en la defensa contra infecciones. La abstinencia, en cambio, puede aumentar la susceptibilidad a enfermedades comunes como resfriados o gripas más constantemente.
Problemas en el aspecto neuronal
En términos neurológicos, la actividad sexual fomenta la producción de nuevas neuronas, un proceso conocido como neurogénesis. Este proceso puede mejorar la función cognitiva y prevenir problemas como la demencia. La falta de relaciones sexuales, especialmente en adultos mayores, podría privarlos de un estímulo importante para mantener el cerebro activo y saludable.
En relaciones de pareja
En el ámbito de las relaciones de pareja, la ausencia de sexo puede debilitar el vínculo, aunque siempre está el debate de que tan importante es el sexo en una relación, hay estudios que demuestran que si es bastante importante. El contacto físico fomenta la intimidad y la conexión emocional, fortaleciendo la relación. Sin sexo, la pareja puede sentirse más distante, reduciendo la comunicación y el afecto mutuo, lo que puede transformar a la otra persona en un compañero más que en una pareja.
Riesgo de disfunción eréctil en hombres
Existen también consecuencias específicas para hombres y mujeres. En los hombres, la falta de eyaculaciones frecuentes está asociada con un mayor riesgo de disfunción eréctil y, potencialmente, de cáncer de próstata. En las mujeres, la ausencia prolongada de actividad sexual puede llevar a la pérdida de tono muscular y atrofia vaginal, problemas que impactan tanto la salud como el bienestar sexual.
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Menor bienestar
Por último, la abstinencia sexual puede reducir el bienestar general. Aunque es cierto que la felicidad no depende exclusivamente de la cantidad de sexo, sí se ha demostrado que una vida sexual activa, saludable y satisfactoria, contribuye al equilibrio emocional y físico. Más allá de la frecuencia, lo importante es la calidad de las relaciones, ya que una experiencia gratificante es más beneficiosa que muchas relaciones que no llegan a satisfacer como se debería.
La ausencia de relaciones sexuales puede tener repercusiones significativas en la salud física, emocional y social de las personas. Aunque no todos experimentan estas consecuencias de la misma manera, mantener una vida sexual activa, consensuada y placentera puede ser una parte esencial del bienestar.
