Las fantasías eróticas son aquellas imágenes o sueños despiertos que nos estimulan y despiertan la libido. Es como ser el libretista, el protagonista, el director y el único espectador de una película que llevamos a cabo en nuestra mente, en la que nadie tiene acceso ni poder. Pero son muchas las personas que no se permiten soltar la imaginación por creer que es algo negativo y prohibido.
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Sigue a Cromos en WhatsAppEntender que el erotismo es arte significa que nos damos el espacio para la creación, sin someternos a ningún tipo de censura. En otras palabras, es experimentar la libertad del pensamiento y de la propia esencia.
El erotismo significa que nos damos el espacio para la creación, sin someternos a ningún tipo de censura.
No es raro, en los días de hoy, encontrar a hombres dependientes del porno o mujeres con dificultad orgásmica. Personas que no logran estimular la propia capacidad artística, que está basada en experiencias pasadas, historias que se escucharon o simplemente que desearían para sí.
Lo que vemos es un empobrecimiento de la parte artística que todos tenemos a la hora de fantasear y de despertar el deseo. Prender el televisor para ver una película con todo montado, ya listo para su consumo, sin espacio para crear, carece de mística. O tener sexo con la cabeza pensando solamente en el final, en llegar al clímax, como si fuera una meta obligatoria, es lo que impide a muchos explorar.
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Cabeza y cuerpo son una sola cosa, la sincronía entre ambos es lo más importante a la hora del placer. Dejarse llevar, permitirse esos momentos de imaginación y activar sin miedo la memoria erótica que todos tenemos nos permite abrazar el deseo y nos facilita la conexión entre el cuerpo y la mente.
A esto hoy lo llaman mindfullness, que es muy conocido hace tiempo en sexología como el aspecto más valioso para lograr el placer. Las fantasías eróticas despiertan el deseo y el deseo siempre se alimenta de las fantasías. Dejémonos llevar...
Autora de la columna: Flavia Dos Santos.