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Estos son 5 de los fetiches sexuales modernos más extraños en el mundo

Los fetiches sexuales son tan variados como sorprendentes. Desde la fascinación por personas dormidas hasta el deseo por el rubor ajeno, los extraños caminos del placer humano desafían las normas y revelan un mundo de deseos inusuales.

Por Redacción Cromos
26 de octubre de 2024
Hay fetiches modernos que van desde la fascinación por personas dormidas hasta el deseo por el rubor ajeno.
Fotografía por: GettyImages

El fetichismo, desde una perspectiva psicológica y sexual, ha evolucionado a lo largo de los años para abarcar una amplia variedad de objetos y situaciones que desencadenan el deseo.

Según la Real Academia Española, el fetichismo se define como una “veneración excesiva de algo o alguien”, y en el ámbito sexual, implica fijar la excitación en un objeto o parte del cuerpo. Aunque algunos fetiches son más comunes, como el uso de ropa interior o tacones altos, en los rincones más oscuros de la sexualidad humana han emergido prácticas que desafían los límites de lo que entendemos por deseo.

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¿Cuáles son algunos de los 5 fetiches sexuales más extraños en el mundo?

A continuación, presentamos los cinco fetiches sexuales más extraños en el mundo moderno.

1. Somnofilia: la atracción por personas dormidas

La somnofilia, también conocida como el “fetiche de la Bella Durmiente”, implica el deseo sexual por interactuar con personas que están dormidas o inconscientes. Aunque puede parecer inofensivo, este fetiche puede cruzar peligrosas líneas éticas y legales, ya que la excitación depende de la vulnerabilidad de la persona dormida, quien no puede dar su consentimiento.

2. Acrotomofilia: fascinación por las extremidades amputadas

Este fetiche gira en torno a la atracción por personas que han sufrido amputaciones. Para quienes tienen acrotomofilia, los muñones o las partes amputadas de una persona son el foco de su deseo sexual. Este fetiche ha generado debates sobre la ética, ya que involucra una fascinación por la alteración física y las diferencias corporales, y aunque no es común, ha sido documentado en varias ocasiones.

3. Tricofilia: obsesión por el cabello

El cabello, una parte aparentemente inofensiva del cuerpo, puede convertirse en un poderoso objeto de deseo. La tricofilia implica una atracción sexual por el cabello, ya sea tocándolo, oliéndolo o viéndolo en grandes cantidades. Aunque muchos encuentran el cabello sensual, en casos extremos, la tricofilia puede llevar a la obsesión por una melena en particular o incluso el deseo de participar en actividades sexuales que involucren el cabello de manera predominante.

4. Clismafilia: placer con la introducción de líquidos en el ano

Entre los fetiches más inusuales se encuentra la clismafilia, un fetiche donde el placer se obtiene a través de la introducción de líquidos en el ano, comúnmente en forma de enemas. Aunque puede parecer un comportamiento clínico o medicinal, quienes practican la clismafilia lo consideran una fuente de excitación intensa. Este fetiche ha generado curiosidad por su relación entre lo médico y lo erótico, cruzando fronteras que la mayoría de la gente no suele explorar.

5. Eritrofilia: excitación por personas que se ruborizan

Aunque los sonrojos se asocian comúnmente con la vergüenza o la timidez, para quienes padecen eritrofilia, el acto de ver a alguien ruborizarse puede ser altamente excitante. Este fetiche se centra en la respuesta física del cuerpo al rubor, encontrando en el enrojecimiento de las mejillas una fuente de intenso deseo sexual. Lo que para algunos es una reacción involuntaria, para otros es una poderosa señal erótica.

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¿Fetichismo o parafilia?

Es importante diferenciar entre fetichismo y parafilia. Mientras que el fetichismo puede ser un juego sexual consensuado, una parafilia implica la necesidad obsesiva de un objeto o situación específica para alcanzar la excitación, lo que puede llevar a problemas en la vida social y sexual del individuo. Cuando el fetiche se convierte en una obsesión o provoca malestar, es crucial buscar ayuda profesional.

También, aunque muchos fetiches pueden ser introducidos en las relaciones sexuales de manera lúdica y consensuada, algunos cruzan la línea hacia lo problemático cuando se convierten en una obsesión. Si un individuo no puede alcanzar la satisfacción sexual sin su fetiche o se siente consumido por el remordimiento, la búsqueda de apoyo profesional es fundamental.

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