Mantener una buena sexualidad es fundamental para el bienestar físico y emocional. Una vida sexual saludable mejora la autoestima, reduce el estrés y fortalece las relaciones de pareja. Para disfrutarla plenamente, es importante la comunicación abierta, el respeto mutuo y la confianza.
También es clave conocer el propio cuerpo y practicar la autoexploración, lo cual permite entender mejor las propias necesidades y deseos. La educación sexual y el cuidado de la salud, como el uso de métodos de protección y la realización de chequeos médicos, son aspectos esenciales para una sexualidad responsable.
Sigue a Cromos en WhatsAppExisten diversos factores que intervienen con vida sexual placentera y entre ellos hay varios relacionados con la mente. De hecho, varios expertos en el tema han demostrado que la ansiedad podría tener impactos negativos en el placer. ¿Por qué?
La ansiedad afecta la capacidad de disfrutar el momento, limitando la conexión emocional y física que se necesita para experimentar el placer.
¿Cómo afecta la ansiedad la sexualidad?
El sexo, a pesar de los innumerables obstáculos que ha enfrentado a lo largo de la historia, ha demostrado ser un instinto tenaz. Si bien las religiones y las moralidades han intentado sofocarlo, la ansiedad, ese fantasma interior, se ha convertido en el más formidable de sus enemigos, infiltrándose en las mentes de quienes buscan el placer.
No estamos hablando de trastornos de ansiedad diagnosticados, sino de la ansiedad generalizada que muchas personas experimentan, especialmente en el contexto sexual.
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Como señala Miren Larrazabal, psicóloga clínica, sexóloga y presidenta de SISEX (Sociedad Internacional de Especialistas en Sexología) al diario El País, el sexo es una de las situaciones que más ansiedad genera en los seres humanos.
“Hay que señalar que, a menudo, se utiliza la palabra ansiedad a la ligera, y a lo mejor más bien tendríamos que hablar de inquietud o de preocupación. Pero es cierto que la ansiedad, en mayor o menor medida, afecta a la respuesta sexual”, explicó Francisca Molero una ginecóloga y sexóloga al mismo medio.
La experta explica que la ansiedad provoca la liberación de cortisol, una hormona que reduce la sensibilidad corporal y disminuye la producción de testosterona. Esto afecta negativamente la libido y la capacidad de mantener una erección.
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De hecho, la eyaculación precoz, en algunas personas, podría estrechamente relacionada con esto, y los tratamientos para este problema suelen incluir inhibidores de la serotonina, que también se utilizan para tratar la ansiedad.
“La sexualidad actual es ansiosa, de resultados, de buscar un objetivo. Es finalista y no de proceso y eso genera mucha ansiedad anticipatoria porque hay que quedar bien, dar la talla so pena de ser descartado por el otro y por uno mismo”, aclara Molero.