Vanesa Peláez, la mejor
En 1850 Charles Worth, el padre de la alta costura, empleó a Marie Vernet para que luciera sus creaciones en los salones de París. Ella sería más tarde su mujer y su musa y, sin saberlo, la primera modelo de la historia. Otro que hizo desfilar a su mujer fue Paul Poiret, quien se sirvió de su esposa, Denise, para exhibir sus creaciones. Sin embargo, las primeras paradas oficiales de modelos se le deben a Lucile a principios del siglo XX. Apenas hacia 1924 se fundaron las primeras agencias gracias, en buena medida, a la perspicacia de Jean Patou, quien en una inteligente jugada de mercadeo, hizo que reconocidas mujeres norteamericanas desfilaran para él. Esto permitió que las clientas se identificaran con quienes lucían las prendas.
Sigue a Cromos en WhatsAppLa modelo sería llamada maniquí (según la acepción francesa del término) hasta mediados del siglo XX porque en la mayoría de las casas de costura, las modelos eran empleadas por los diseñadores para modelar sobre ellas los trajes.
Los locos años sesenta le pertenecieron a Lesley Lawson, la popular Twiggy, la que todo lo cambió. Mientras tanto, en Colombia desfilaban damas elegantes de la talla de Lina Uribe y Olga Elena Mattei, y hacían sus primeros asomos las mujeres que harían nacer el fenómeno del modelaje en el país: Dora Franco, Marlene Henríquez, que trabaja para Pucci, y Ester Farfán.
En los ochenta surgieron las supermodelos, divas de sueldos descomunales con un nuevo sentido de la profesión: Cindy Crawford, Naomi Camp-bell, Claudia Schiffer, Linda Evangelista, verdaderos prototipos de la industria. Por esos mismos años CROMOS eligió por primera vez a la mejor modelo del país. La vencedora, antes de convertirse en la ‘Niña’ Mencha, fue Margarita Rosa de Francisco.
La última década del siglo XX fue testigo de una nueva transformación. Mientras Kate Moss y su figura narcotizada reflejaron la estética grunge que comenzó a imperar en Estados Unidos, las supermodelos fueron reemplazadas por estrellas como Madonna. En Colombia la moda y el modelaje se profesionalizaron y las agencias descubrieron a las que serían las futuras estrellas. No sólo aprendieron glamur sino a negociar grandes contratos. Lentamente las modelos disputaron el lugar de las reinas y la pasarela se convirtió en la mejor vitrina para lograr visibilidad. Los prototipos de belleza se transformaron y para mediados de la década se impuso la estética de Guardianes de la Bahía: más que nunca, la forma triunfó sobre el contenido.
A las modelos se les exigió que ocuparan todos los espacios y la moda les sirvió de vehículo. Muchos nombres de esa época permanecen y son todavía referentes de belleza (o de tragedia) en el país. Mientras en el resto del mundo la industria descarta a las modelos cuando se hacen mayores, aquí el photoshop, el botox y las cirugías tienen el poder de convertir a muchas de nuestras modelos en diosas atemporales.
Aun así, una nueva generación de modelos empieza a perfilarse. Delante de las veteranas emerge un contingente de belleza y talento que ya empiezan a notar los colombianos, o al menos los lectores de CROMOS, que han elegido a la joven Vanesa Peláez como la mejor modelo del país, por encima de experimentadas candidatas como Adriana Arboleda.
Si la magia de una modelo reside en comunicarse con ese otro invisible que es el consumidor y seducirlo, Vanesa lo ha logrado. Y como la moda y la modelo resumen el espíritu y la estética de la época, he aquí el resultado de lo que los lectores de CROMOS.COM.CO han preferido como prototipo del modelaje 2009.
El top 5 de las mejores modelos de Colombia
1. Vanesa Peláez, voluptuosidad pura. 1306 votos
En los años veinte, al referirse a sus modelos, Paul Poiret dijo a uno de sus clientes: “No hables a las chicas. Ellas no están aquí”. En cambio, y quizás como manifestación de su profesión de comunicadora social, Vanesa Peláez establece una empatía inmediata con el lente que la fotografía. Su belleza absolutamente fresca y a mitad de camino entre la niñez y la adolescencia, no admite discusión. En ella se refleja ese crisol de culturas que identifica a las latinas. La suya es una belleza cercana y absolutamente real. Vanesa hace recordar a la vecina de la cuadra de nuestra niñez o al primer amor idealizado. Su belleza sorprende de inmediato y no exige segundas miradas. Tiene ángel, como diría un profesional del negocio. Su cuerpo no es tan “largo” como el de las modelos de pasarela y quizás por eso es más fotografiada y contratada para comerciales, catálogos, avisos y ventas en showroom que para desfiles. Hay que recordar que su primera imagen emblemática la realizó para CROMOS con su torso desnudo y pintado en una edición que mezclaba dos pasiones colombianas: mujeres y fútbol.
2. Ana Sofia Heanos, menos es más. 1115 votos
¡Vaya paradoja! Quizás parte del éxito de Ana Sofía Henao se deba a que es una modelo que no se expone demasiado en un negocio que vive de la exposición. Ana Sofía es, si se quiere, “más lejana” que el resto de las modelos del grupo. Sin embargo, a través de los niños ha establecido una cercanía imbatible que hoy le permite formar parte del inconsciente colectivo de varias generaciones de colombianos que han crecido, soñado, estudiado y convivido con ella a través de sus cuadernos escolares. En 1953 se filmó una película que inmortalizó un ideal, era Los caballeros las prefieren rubias. Ana Sofía encarna ese sueño del ángel rubio, perfecto e idealizado. Sus campañas publicitarias se enfocan más en el trabajo fotográfico que en las pasarelas. Su cuerpo perfecto como imagen de cerveza o sus curvas captadas casi siempre en traje de baño la han convertido en uno de los objetivos comerciales más deseados del país. El suyo es un trabajo que recurre a la idea de que también en la sociedad de consumo “menos puede ser más”.
3. Adriana Arboleda, una modelo de élite. 430 votos
Si se habla de la élite del modelaje en Colombia, el nombre de Adriana Arboleda está siempre presente. Está más cercana a la categoría de supermodelo, tal y como se entendía en los años ochenta. Adriana es un paradigma de la profesión. Camaleónica como pocas, su talento reside en mantener su estilo y desenvolverse bien en la fotografía y en las pasarelas. Su desempeño como imagen de una reconocida y muy popular marca de vestuario donde se evidencian los atributos de la mujer latina, no le impide transformarse después en la modelo favorita de algunos que, como Óscar de la Renta y Silvia Tcherassi, la usaron con frecuencia en sus pasarelas en Colombia. De allí y con igual destreza, Adriana pasa a la televisión para presentar secciones de moda y farándula en el Canal Caracol. Su imagen se aleja del estereotipo de bomba sexy, la suya es belleza latina con clase. Ella es una de las pocas modelos en las cuales coinciden el gusto del público, las marcas y los diseñadores. ¿Su marca indeleble? Un lunar que acentúa su sensualidad y que hace recordar a Cindy Crawford.
4. ‘La Toya’ Montoya, belleza natural. 387 votos
El reality La isla de los famosos en el que participó, convirtió a ‘La Toya’ Montoya en esa mujer cercana, estupenda y amigable que cualquier hombre desea a su lado. Esa proximidad y el tono realista y natural son proyectados por cada imagen suya que aparece en el mercado. Ella representa por fin la llegada al país del ideal de belleza que se impone en el mundo: el de una belleza natural que prevalece sobre cualquier tipo de intervenciones o prótesis estéticas. Su elección en este grupo demuestra que aquí, aunque parezca increíble, también puede existir paraíso sin tetas. Elegir lo natural aun a riesgo de facturar menos y perder contratos es muestra de carácter, pues mientras las marcas las prefieren excesivamente curvilíneas, los diseñadores las eligen naturales para sus presentaciones. Con ‘La Toya’ esa dicotomía parece derrumbarse. Su triunfo en pasarelas, catálogos y comerciales de televisión es el resultado de su versatilidad. Es una modelo amada por todos, que no genera animadversión en una profesión donde los egos están a la orden del día.
5. Claudia Lozano, la reina de la pasarela. 245 votos
Esta modelo negra es una de las “veteranas” del negocio en Colombia. Nació en Chocó pero su familia vive en Medellín, donde fue descubierta en una tienda mientras compraba ropa interior. En 2001 fue elegida Modelo revelación en Colombiamoda y el que la convirtió en estrella fue el diseñador John Miranda, quien realizó para ella maravillosos trajes de baño y ropa interior que evidenciaron sus atributos. Claudia entra en escena y el ambiente se transforma. Su magia casi felina reside, entre otras cosas, en esas piernas suyas que nacen a más de un metro del piso y que al pisar la pasarela realizan grandes trancoe en el mundo: el de una belleza natural que prevalece sobre cualquier tipo de intervenciones o prótesis estéticas. Su elección en este grupo demuestra que aquí, aunque parezca increíble, también puede existir paraíso sin tetas. Elegir lo natural aun a riesgo de facturar menos y perder contratos es muestra de carácter, pues mientras las marcas las prefieren excesivamente curvilíneas, los diseñadores las eligen naturales para sus presentaciones. Con ‘La Toya’ esa dicotomía parece derrumbarse. Su triunfo en pasarelas, catálogos y comerciales de televisión es el resultado de su versatilidad. Es una modelo amada por todos, que no genera animadversión en una profesión donde los egos están a la orden del día.
5. Claudia Lozano, la reina de la pasarela. 245 votos
Esta modelo negra es una de las “veteranas” del negocio en Colombia. Nació en Chocó pero su familia vive en Medellín, donde fue descubierta en una tienda mientras compraba ropa interior. En 2001 fue elegida Modelo revelación en Colombiamoda y el que la convirtió en estrella fue el diseñador John Miranda, quien realizó para ella maravillosos trajes de baño y ropa interior que evidenciaron sus atributos. Claudia entra en escena y el ambiente se transforma. Su magia casi felina reside, entre otras cosas, en esas piernas suyas que nacen a más de un metro del piso y que al pisar la pasarela realizan grandes trancos que la devoran como si ese fuese desde siempre su territorio. Cada milímetro de su cuerpo se mueve con la cadencia de un tambor y su estatura de palmera la hace siempre visible. Un desempeño profesional impecable le permite hoy, además de los desfiles y algunas campañas para marcas, trabajar en la televisión como presentadora de farándula del Canal Caracol y ayudar a su natal Chocó a través de su fundación.